domingo, outubro 05, 2014

¿Qué somos?

         Suele contar el dramaturgo Alfonso Sastre que él siempre se ha sentido raro por razón de su oficio. Los escritores lo han solido considerar como alguien del teatro; para la gente del teatro en cambio, al ser escritor, también era alguien como de “otro” grupo. Al menos esa sensación solía tener, como de estar en tierra de nadie. A él, en cambio, no le suponía ninguna contradicción, ya que siendo escritor pertenece al mundo del teatro, también; aunque en este caso gusta de matizarlo: “Yo escribo teatro para decir, no para leer”. Y lo entendía perfectamente.
         A los narradores nos ponen muchas veces en el mismo dilema. Para las artes escénicas parece que pertenecemos al ámbito de la literatura; mientras que para la literatura, al presentarnos en un escenario, del tipo que sea, somos “dicientes” más que escribientes. Por supuesto que las cosas no son negras o blancas, pero algo parecido suele ocurrir. Ahora que comienza la temporada narrativa en las escuelas y bibliotecas, los narradores solemos recibir llamadas de unas y otras para presentar nuestras sesiones. El objetivo de nuestra presencia, suele ser, en la inmensa mayoría de los casos, como ayuda en el fomento de la lectura y, cada vez más, la educación en valores. Fuera de este binomio fantástico, las llamadas interesadas la narración oral como espectáculo escénico, con un valor cultural en sí mismo, serán la minoría. Y por supuesto la infancia será la receptora de todo ello, mayoritariamente.

         Pero, a la hora de organizar un festival de artes escénicas, la narración oral brillará por su ausencia, a no ser por rellenar un espacio infantil. Parece ser que la narración oral es una expresión artística de “otro” grupo. Y así, vamos, tratando de navegar entre estas dos aguas a la búsqueda de una personalidad propia, intentando no ahogarnos en una pregunta existencial: ¿Qué somos?”

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA

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