segunda-feira, abril 20, 2015

Oro

         Ulau, el Gran Señor de los Tártaros, asaltó en 1255 la ciudad de Baudac, venciendo al Califa que la gobernaba. El Califa era tacaño y por no gastar su oro, plata y otros tesoros pagando a sus guerreros, perdió la ciudad. Ulau, asombrado y enojado con tamaña racanería, ordenó que encerrasen al Califa en su torre, rodeado de todo su oro, plata y tesoros, sin otro alimento y bebida que todos ellos, ya que tanto los amaba. Murió al cabo de cuatro días. Así se cuenta en “El libro de las Maravillas” de Marco Polo.
         Midas fue el rey de Frigia entre los siglos VII y VI a.c. Dionisio le dio la capacidad de convertir en oro todo lo que tocaba, por la buena recepción dada a Silenio. El problema vino cuando la comida también se convertía en oro al tocarla. Le pidió al dios que le quitase esa capacidad, lo cual consiguió bañándose en el rio Pactolo.
         Son estas historias de antaño, en las que se mezclan la realidad y la ficción. Los dos relatos tienen algunas coincidencias. ¿La historia que le contaron a Marco Polo, no se estaría basada en el relato del rey Midas? Hay que tener en cuenta que Midas reinó en uno territorios cercanos a Baudac/Bagdad, los cuales recorrió Marco Polo muchos siglos después.
         El narrador, la narradora tiene en sus relatos el libro de las cosas maravillosas. Mezclará la realidad y la ficción, convidando a quien escucha a un viaje maravilloso. Para que contemos el mundo.

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