sábado, junho 06, 2009

¿Es verdad que en la luna hay gallinas?

Me contaba un amigo. Cuando la guerra en El Salvador estuvo en la selva haciendo un reportaje con la guerrilla del FMLN. Una noche acompañó a un jovencísimo guerrillero (no debía de tener más de catorce o quince años) haciendo guardia en mitad de la selva. El adolescente le hacía preguntas increíbles, como la qué le preguntaba sobre el autobus que había tenido que tomar desde su país para llegar allí. Pero la pregunta más intrigante y a la vez maravillosa se la hizo estando los dos en silencio mirando a la luna. "¿Es verdad que en la luna hay gallinas?" No recuerdo la respuesta de mi colega, o si le respondió algo; pero yo sí recuerdo el impacto que dejó en mí aquella selvática y utópica pregunta.
Como en la mayoría de las preguntas, lo importante no es la respuesta en sí misma, sino las posibilidades de respuestas que se abren en la mente y el descubrimiento de caminos dispares por los que hay que decidir si aventurarse o no. Exactamente como en los cuentos. Los cuentos son continuas búsquedas de respuestas a las preguntas que la persona se hace desde que es consciente de su existencia. A través de las narraciones tanto quein narra como quien escucha se adentran en esos caminos desconocidos, utilizando para ello la fantasía, el mejor remedio para conjurar la realidad sin vivir fuera de ella.
Por eso quien narra cuentos, debe ser la primera persona que pregunta, que busca, que investiga, que le encuentra sentido a contar esa hsitoria a la gente que le ofrece su atención. Un narrador o narradora que habla sin preguntar dificil lo tendrá para descubrir los caminos de la fantasía, que son, en definitiva los de la vida.
Y por mi parte una última petición de ayuda, ¿pensáis vosotros y vosotras que en la luna hay gallinas? Después de tantos años no he podido encontrar la respuesta.

domingo, maio 31, 2009

¿El mejor del mundo?

Yo no sé, como he leído en algún lugar, si Alfonso Sastre es el mejor dramaturgo vivo del mundo, ya que mis conocimientos teatrales no dan para tanto. De todas maneras me parece excesivo, teniendo en cuenta que el mundo es muy extenso, y aún más los gustos. Además, este tipo de aseveraciones o clasificaciones no creo que sean adecuadas, ya que parecen parte de una especie de concurso, innecesario por otra parte. Por otro lado, soy de la opinión que estas opiniones vienen dadas sobre todo por la cercanía, de un tipo o de otro, hacia la persona en cuestión. Pero, cuando hace más de un año asistí a un nuevo estreno de “¿Dónde estás, Ulalume, dónde estás?”, creación de Alfonso Sastre en torno a la figura de Poe, un escalofrío recorrió mi piel. Una obra maestra. Alfonso Sastre sabe tejer el hilo de las estructuras dramáticas con la habilidad del mejor maestro. Los ritmos, la construcción y desarrollo de los personajes, la utilización del lenguaje y la imaginación; con todos esos retales crea deslumbrantes trajes teatrales.

Yo no sé si Alfonso Sastre es el mejor dramaturgo vivo del mundo, pero al leer “Un drama titulado No”, descubrimos, en su corta extensión, la gran dimensión del ser humano con sus contradicciones y dialécticas interiores, contadas por un humano personaje. Con un texto tan reducido Sastre pone en danza todas nuestras neuronas, empujándonos a reflexionar sobre nosotros mismos y nuestras decisiones y anhelos humanos. La negación de un futuro predestinado por otros (el autor en este caso) empuja al personaje a rebelarse, haciendo frente a esa predestinación. Y el personaje se torna persona, al tomar en sus manos su destino.

Yo no sé si Alfonso Sastre es el mejor dramaturgo vivo del mundo, pero me rebela la dificultad de ver en escena sus obras. Me rebela no poder ver vivos los personajes conocidos en el papel. Me rebela no poder escuchar ese maravilloso castellano en boca de personajes humanos. Me rebela que gentes que llenan sus bocas con la palabra cultura solo conozcan a Sastre “de oídas”.

Yo no sé si Alfonso Sastre es el mejor dramaturgo vivo del mundo, pero sí sé que tiene todo el derecho del mundo para airear a los cuatro vientos sus ideas y deseos. Y ahora, cuando una vez más intentan acallar su voz, regresamos a sus creaciones: “Yo, Señora Camelia, o señorita Camelia, querida amiga mía de esta tarde de muerte, pertenezco a la Anti-España y estoy desde antes de nacer y seguiré mañana, después de haberme muerto, en el contubernio judeo-masónico-rojo-separatista, que fue derrotado, ay de mí, que fuimos derrotados, en la guerra civil…española.” (Alfonso Sastre se suicida. Edit Hiru.). Y pienso que tendríamos que rebelarnos ante una nuevo intento, como en la dictadura, de silenciar su voz por parte de esto que llaman alegremente democracia; por continuar en contubernio. ¿Qué es el mejor dramaturgo del mundo? ¿Él qué dice?: “No, señora. Del montón no. Yo soy uno de los trescientos mil mejores escritores de teatro que hay en el mundo”. Lo que decíamos, Alfonso Sastre, el mejor dramaturgo vivo del mundo. Y reivindicaremos con pasión su nombre.

Publicado en la revista HIKA (mayo 2009)