Ulau, el Gran Señor de los Tártaros,
asaltó en 1255 la ciudad de Baudac, venciendo al Califa que la gobernaba. El
Califa era tacaño y por no gastar su oro, plata y otros tesoros pagando a sus
guerreros, perdió la ciudad. Ulau, asombrado y enojado con tamaña racanería,
ordenó que encerrasen al Califa en su torre, rodeado de todo su oro, plata y
tesoros, sin otro alimento y bebida que todos ellos, ya que tanto los amaba.
Murió al cabo de cuatro días. Así se cuenta en “El libro de las Maravillas” de
Marco Polo.
Midas fue el rey de Frigia entre los
siglos VII y VI a.c. Dionisio le dio la capacidad de convertir en oro todo lo
que tocaba, por la buena recepción dada a Silenio. El problema vino cuando la
comida también se convertía en oro al tocarla. Le pidió al dios que le quitase
esa capacidad, lo cual consiguió bañándose en el rio Pactolo.
Son estas historias de antaño, en las
que se mezclan la realidad y la ficción. Los dos relatos tienen algunas
coincidencias. ¿La historia que le contaron a Marco Polo, no se estaría basada
en el relato del rey Midas? Hay que tener en cuenta que Midas reinó en uno
territorios cercanos a Baudac/Bagdad, los cuales recorrió Marco Polo muchos
siglos después.
El narrador, la narradora tiene en sus
relatos el libro de las cosas maravillosas. Mezclará la realidad y la ficción,
convidando a quien escucha a un viaje maravilloso. Para que contemos el mundo.