terça-feira, agosto 23, 2011

Gargantúa



Gargantuam n’èra pas de nòste païs; pr’aquò dison que passèc entà nosauts. Dison que venguèva deu costat de Bordèus, e que se n’anava entà l’Espanha.

Era un òme haut sèt còps coma lo cloquèr de Sent-Gervasi. Gran coma èra, n’avèva pas sonque a draubrir la boca ende envalar los ausèths deu cèu.

Así comienza la historia de Gargantúa que cuentan en Gascoña. Un gigante siete veces más grande que las campanas de la iglesia de San Gervasio; quien, abriendo la boca, se tragaba todos los pájaros. Del cielo. Cuentan en Gascoña que no era de allí, que venía de Burdeos camino de España, haciendo una parada en sus tierras. En el País Vasco sabemos que camino de España hizo otro par de paradas más en Gasteiz/Vitoria y en Bilbao, para acudir a sus fiestas. Y allí lo podemos encontrar abriendo su gran boca mientras engulle un niño tras otro. Y los niños y las niñas en fila deseando ser engullidos por el monstruo, para salir después por sus posaderas, allí donde despierta más de uno y una, tras una larga noche de divertimento

Muchas veces los cuentos tradicionales se ven como algo del pasado, sin relación con nuestras actuales vidas, y vivencias. Las tradiciones, sin embargo, están en continuo movimiento, haciendo su camino en el devenir del tiempo. Y en cada época las gentes han adoptado y adaptado las costumbres, cuentos, relatos, manteniéndolos vivos, para que continúen su camino.

¿Cuál es la fuerza de este Gargantúa para que niños y niñas esperen ser engullidos por él? ¿Por qué ese deseo de introducirse en su garganta para salir por el culo después? Quizás sea una manera de conjurar sus miedos. Quizás, sea una suerte de viaje interior para enfrentarse a la vida. A saber.


Artículo publicado originalmente en euskara en el diario GARA http://www.gara.net/paperezkoa/20110823/286464/es/Gargantua