sexta-feira, dezembro 19, 2008

Mucucuento 2008 Carrere narrador

Versión de la Creación según los vascos

quinta-feira, dezembro 18, 2008

Mucucuento 08 Mérida-Venezuela


Uno de los daños colaterales que sufrimos los narradores es: ¡viajar! Pero no esos pequeños viajes d
e regresar a casa en el día, o como mucho al día siguiente, sino esos viajes que te llevan varios días o alguna que otra semana. Y además, a lejanos e interesantes lugares. Gracias a ello tenemos oportun
idad de visitar dichos lugares de una manera distinta, conocer gentes nuevas, culturas, entablar conversaciones con personas que, seguramente, nunca t
endríamos la oportunidad de hacerlo sin tener la sensación de ser un mero turista que recorre distancias y visita pueblos y ciudades con una guia en la mano. Y estas maravillosas oportunidades nos vienen dadas, la mayoría de las veces gracias a los festivales de narración que se organizan  aquí y allá. Como por ejemplo en Mérida, Venezuela. Entre fiJustificar a ambos ladosnales de septiembre y principios de octubre en dicha ciudad se organiza, desde hace seis años, el Festival Internacional de Cuentos Mucucuento. Festival humilde y con pocos medios, aunque con una disposición humana entrañable. Organizado desde la Uni
versidad de los Andes-ULA con el apoyo de FUNDACEM (Fundación para el desarrollo de la cultura en el Estado de Mérida) y el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, este festival reune a narradores y narradoras de distintos países así como venezolanos. En esta última edición nos juntamos contadore
s de Colombia, México, Ecuador, Brasil y Euskal Herria, asi como, claro está, narradores y narradoras venezolanas. Andres Navas, alma mater y verdadero impulsor de este festival, consigue que además de darnos la oportunidad a los distintas narradores de presentar nuestros trabajos ante un público no habitual en nuestra cotidianidad narradora, crear un ambiente de relación y amistad donde el intercambio t
anto profesional como cultural se convierta en el verdadero espíritu de este evento. Y es aquí, quizás, donde radica el verdadero interés, desde mi punto de vista, de estos encuentros, a saber, la oportunidad que tenemos de compartit con gente de nuestro oficio distintos puntos de vista sobre el mismo, asi como conocer las distintas realidades en las que nos movemos. Este intercambio propicia que nuestra labor se vea enriquecida, tanto desde el punto de vista práctico como desde el teórico. Y por si eso fuera poco, además hacemos grandes amistades, seguramente lo que más no llena el equipaje de vuelta a casa. 
Pero en el caso de este festival existe otro componente que lo hace si cabe más interesante, en mi caso por lo menos. El hecho que 
se celebre en Venezuela da la op
ortunidad de conocer de cerca el proceso revolucionario bolibariano en el que este gran país se ve inmerso desde hace diez años. Los que nos consideramos con una ideología que viene a llamarse de izquierda,  no podemos sino ver este proceso(algunos por lo menos) con gran interes, teniendo la oportunidad de poder preguntar, ver y experimentar una parte, aunque ínfima, de él. Poder conocer cómo se desarroll
a el trabajo dentro de la cultura en un proceso de las características del venezolano, nos hace ver los avances pero del mismo modo las contradicciones, los fallos y las dificultades en las que se ve inmerso. Un amigo nos comentaba críticamente la enfermedad de "eventitis", es decir la organización de grandes eventos culturales, en la que está inmersa la revolución. Una critica a esa manera de ver la cultura, en la que se organizan grandes eventos internacionales, con grandes medios, mientras se dejan en un segundo
 plano propuestas y actuaciones más "humildes". Y entendía bien el problema. Entre nosotros también parece que se valoran más esos grandes fastos culturales, que dan la impresión de una gran actividad cultural, mientras que las pequeñas propuestas se relegan a un rincón, viviendo tanto creadores como activistas y organizaciones culturales una suerte de naufragio burocrático y marginal. Y este concepto no solo es impulsado por la derecha, sino que a la izquierda no le es ajeno. Esto nos lleva a pensar el tipo de dinámicas culturales que se llevan a cabo y las reflexiones en torno a ello. ¿Qué se quiere decir cuando se menciona una cultura más "popular"? ¿Quiénes son los que deciden si esta propuesta o aquella es di
gna de llevarse a cabo? ¿Bajo qué criterios? Los grandes eventos culturales solo tienen sentido si son motor o referencia para un movimiento cultural que se construye desde abajo, desde los pequeños grupos que trabajan en condiciones mínimas. Esas dinámicas dispersas que deberían ser la base en los que se sustenta una verdadera política cultural organizada en sentido horizontal. Un gran evento que no sirva de alimento, de acicate, de motor para esas pequeñas dinámicas se queda en mera anécdota. ¿De qué nos vale organizar un gran concierto o un gran festival de teatro si luego no se toman  verdaderamente en cuenta esos pequeños grupos que trabajan en el anonimato para llevar sus propuestas a distintos lugares? 
En fín, comenzamos hablando de un entrañable fes
tival de cuentos para terminar hablando de políticas culturales. Pero todo ello es lo que da el poder viajar gracias a la narración oral. Poder contar historias en lugares dsconocidos para uno, ante públicos diferentes, disfrutar con ello, y además, poder reflexionar, charlar, conocer y darte cuenta, una vez más, que para contar cuentos no es s
uficiente con saber una buena historia, sino que lo más importante es, saber por qué y para qué cuentas; por qué y para qué te plantas delan
te de unas personas que acuden a escuchar, deseando saber, no sólo lo que ocurre en ese intrincado mundo de fantasía, sino también si eso dejará un pequeño poso de imaginación, esperenza e ilusión en sus vidas. 
Por eso querríamos regresar a Mucucuento. A Venezuela.

segunda-feira, outubro 13, 2008

Los primeros americanos segun Eduardo Galeano

¿Quién tiene algo que celebrar el 12 de Octubre?

sexta-feira, outubro 10, 2008

III Fiesta Narradores Vascos

Despues de urbanizar los cuentos en Getxo Kontari 06; tras llevar el eco de las voces narradoras a los montes en Bazen Behin... Aramaio 07, la fiesta de los narradores y narradoras vascas se meció a la orilla del mar en Bazen Behin...Pasaia Donibane 08. Por tercer año consecutivo y por encima de las zarzas y por debajo de las nubes, como buenas brujas vascas, los y las narradoras vascas hemos conseguido hacernos ver como colectivo ofreciendo lo que mejor sabemos hacer (aparte de beber cerveza, algunos por lo menos): contar cuentos. Como en las ediciones anteriores , para esta fiesta con espíritu itinerante, escogimos un pueblo para llenar sus rincones con narraciones de todo tipo. Narradores y narradoras venidos de distintos lugares del País Vasco ofrecimos un repertorio de cuentos enmarcados en la única calle del casco antiguo de Pasaia Donibane, encerrada entre casas de piedra, encajada entre el monte Jaizkibel y el Mar cantábrico . Y no podemos olvidar la visita narrativa del pequeño gran narrador cántabro Alberto Sebastián, que siguiendo la linea de la costa no tuvo pérdida para llegar hasta nosotros con su memoria cuentística.
El último domingo de septiembre amaneció con un espléndido día que presagiaba un encuentro que nos haría disfrutar tanto a narradores como al público que se acercó con ánimo de escuchar historias que, quizás, fueron. Comenzó la fiesta al mediodía con una pequeña presentación en el ayuntamiento para acto seguido los y las veinticinco narradores congregados distribuirnos en distintas "acciones" narrativas. El cuento-poteo (ir de bar en bar acompañados de músicos txistularis y mientras te tomas un txakolí escuchas y cuentas unas historias), el oráculo de los cuentos, el rincón de los cuentos, la fábrica de cuentos, cuentos musicados, cuentos en el astillero museo, cuentos en una txalupa al ritmo de las olas y con sabor a salitre... El visitante se iba encontrando a lo largo de la calle distintas propuestas e invitaciones para durante una rato escuchar una historia.
Llegada la inevitable hora de la comida (estamos en Euskadi por lo que este tema es además de inevitable, im-pres-cin-di-ble), todos nos juntamos en la sociedad cultural Itsas Mendi que se ofreció super amablemente a prepararnos un menu que, bueno,...: Ensalada templada de gulas y gambas, marmitako (tipico plato marinero vasco compuesto fundamentalmente de atún y patatas, una verdadera delicia) y de postre nada más tradicional y casero que arroz con leche. Y por supuesto sidra, vino de rioja y, hay gente para todo, agua. La felicitación a los cocineros y ayudantes era inevitable y necesaria. En la sobremesa, como no, cantos y cuentos. Y con energías renovadas comenzó la tarde.

Nada mejor que un buen paseo, a falta de siesta, para hacer la digestión. Recorriendo el paseo, que desciende hasta el pueblo bordeando la costa, con una maravillosa vista del mar Cantábrico encajado entre dos montes, descendimos al son de la música mucha más gente de la que imaginamos, haciendo, por supuesto, las consabidas paradas para airear unos cuentos. Al llegar al pueblo tantos los narradores como el público asistente nos desperdigamos por distintos rincones para dar comienzo a contadas compartidas entre varios narradores. Y cuando la noche comenzaba a principiar, finalizamos en la plaza la III Fiesta de los narradores y narradoras vascas. Esa noche más de una persona soñaría con mundos imposibles que nos acercan a lo posible.

Pero la fiesta de los narradores vascos pretende ser algo más que una simple fiesta (que no está nada mal). La idea de celebrar esta fiesta vino por la necesidad de aparecer públicamente como colectivo; para comenzar a dejarnos oir y ver como personas que ejercemos una actividad cuya finalidad no es ni cuidar niños, ni servir de instrumento para otros fines (animación a la lectura, educación en valores etc), sino reivindicar la narración oral como actividad artística creativa que tiene mucho que decir por sí misma. El desconocimiento y las ideas preconcebidas que existen sobre la narración oral hace que muchas veces se nos vea como una actividad "menor" dentro de la cultura (siendo muchas veces nosotros mismos promotores inconscientes de este hecho, cosa que nos tiene que llevar a reflexionar sobre ello). Con este evento pretendemos, en primer lugar conocernos entre nosotros mismos creando lazos de unión, no solo amistosos, sino también profesionales, buscando un lugar de encuentro para poner en común distintas ideas y reflexiones, así como conocer el trabajo de los demás narradores, el cual muchas veces nos es desconocido. Por otra parte aprovechando la publicidad que pueda tener el acto en los medios de comunicación, queremos hacer llegar los mensajes que nos interesan y dar a conocer a la opinión pública (ese "ente" que nadie sabe definir ni identificar) una imagen de colectivo que tiene propuestas concretas sobre la narración, tanto desde el punto de vista artístico como en las cuestiones referentes a la programación de sesiones de narración y otros temas.
En definitiva, que además de pasar un maravilloso día, esta fiesta nos da la oportunidad de fortalecernos como colectivo e ir proponiendo nuevos retos.
Y los que estuvimos allí lo podemos contar, y los que faltaron... ¿para qué está la imaginación?

quarta-feira, setembro 24, 2008

el narrador como activista

Toda actividad artística está impulsada por una fuerza interior; por una necesidad personal de decir algo y exteriorizarlo. Esa expresión se materializará de distintas maneras: pintura, escritura, musica..., pero en el siempre empujadas por la necesidad humana de entender el mundo y expresarlo. Y así ha sido desde que la persona existe como tal. Podemos admirar las pinturas ruprestres, en su simplicidad, como expresión de esas preocupaciones. Desde entonces han sido múltiples las evoluciones de las formas expresivas, aunque en el fundamental, esa pasión no ha cambiado. Y puede ocurrir que se utilice bajo la misma necesidad el trabajo creado por otra persona, es decir, con la intención de exteriorizar esa reflexión ante el mundo y la vida. En este caso se producirá una filtración creativa, una recreación, de aquel trabajo original para adecuarlo a las necesidades o visiones creativas de esta segunda persona. En muchas actuaciones públicas podemos verlo: conciertos de música, recitales poéticos, actuaciones teatrales,y narraciones de cuentos, por poner unos ejemplos. Quien cuenta cuentos sabe, o debería saber cuando menos, que el cuento no solo es la historia que se cuenta, sino, y sobre todo, un pretexto para lo que verdaderamente se quiere contar. Quien cuenta cuentos debería preguntarse a si mismo para qué sirve contar cuentos; para qué sirve presentarse delante de alguien contando cuentos de aquí y de allá; para qué sirve pedirle a una o varias personas una porción de su tiempo para escuchar una historia que queremos contar. Una persona, joven o adulta, cuando nos ofrece una parte del tiempo de su vida, cuando deja su curiosidad en nuestra boca, cuando su estación es nuestra historia, habría que considerar este ofrecimiento con gran cuidado y respeto. Pero, y sobre todo, cuando, con el pretexto de los cuentos, nos exponemos ante los demás, nuestra preocupación y reflexión sobre la vida y el mundo será lo que le de sentido a ese acto comunicativo. La palabra vacía es como el papel que envuelve un falso regalo.
El narrador tendría que enfrentarse al acto de narrar como un activista, activista de la palabra. La palabra es la creación más humana para impulsar la relación entre las personas. La palabra puede impulsar las mejores acciones, pero también las peores. La palabra puede surgir de las bocas más oscuras, asi como de las más luminosas. La palabra nos situa en el mundo, y nos puede alejar de él. Quien cuenta cuentos sabe que la palabra es la representación de los pensamientos. Y en los pensamientos se acogen los deseos ocultos de las personas. El narrador, partiendo de esos lugares ocultos de la mente, debería, partiendo de la imaginación, descubrir que otros mundos son posibles; en caso contrario andará perdido en palabras vacias.
El narrador es un activista; deberá hacerle creer a quien le escucha que esos mundos son posibles.Territorios maravillosos, donde existen rios de leche y miel, donde todo es posible, donde buscar la felicidad no es una utopía. El narrador es un activista, y es su trabajo demostrar que los sueños no nos alejan del mundo, sino que por el contrario, nos ayudan a entenderlo. Y aquella persona que sabe imajinar otros mundos no le tiene miedo a nada.
Pero el narrador que no sabe imajinar, mastica chicles de menta, para esconder el tufo que desprende su boca.

sexta-feira, julho 04, 2008

XVII Maratón de cuentos de Guadalajara




Como cada junio los aficionados al cuento dicho tenemos una cita en Guadalajara (España). Y este año no podía ser de otra manera. No podíamos faltar a uno de los festivales de cuentos más importantes de Europa. La biblioteca pública de Guadalajara ha conseguido que este evento sea una verdadera fiesta popular (¡aunque siga sin haber cantina!), donde la imaginación y la palabra verdadera son las verdaderas protagonistas. Este año se han cumplido diecisiete desde que comenzaron a narrar historias que alguien quería escuchar. Desde entonces muchas son las personas que, por lo menos una vez en su vida han contado una historia a personas deseosas de escuchar, y sin que nadie les juzgara ni les fiscalizara la palabra que salía de sus bocas (de todas maneras hay que reconocer que hay gente que no tiene concepto del tiempo). Y este año han querido dar un paso adelante y abarcar un continente: ¡Africa! Menudo valor. Y a nosotros nos gustan los retos inimaginables, inabarcables, inconmensurables, increibles, incontinentes, indecentes, inimaginables, en una palabra: U-TO-PI-COS. Y es de agrdecer que se tomen tal trabajo para que los aficionados al cuento dicho conozcamos palabras de otras gentes y lugares. Dicen que las personas humanas surgieron en Africa, y dicen también que las palabras que imaginan de allí vinieron. Y fue un negro fin de semana. Un fin de semana moreno, oscuro, anochecido, ay que los cuentos, cuentan, solo se pueden contar de noche, cuando la oscuridad ocupa el mundo.
Y Kapilolo Mario Mahongo encandiló. Hubo más narradores y narradoras, pero aquellas palabras incomprensibles para nosotros fueron las que más me sulibellaron. Y sus movimientos y gestos y miradas me llevaron a algún lugar imposible. Kapilolo pertenece al pueblo !Xun, en el sur de Africa, uno de los integrantes de los sun, más conocidos como bosquimanos entre nosotros. Llegó acompañado de Marlene Sullivan Winberg, miembros los dos del Proyecto Kulimatji, cuyo principal objetivo es registrar y traducir los relatos orales del pueblo !xun. Llegar a conocerlos no habrái sido posible sin el trabajo maravilloso de Jose Manuel de Prada, que además de promover el conocer este proyecto hizo las veces de narrador-traductor. La palabra kulimatji significa en idioma !xun "contar nuestras viejas historias"; y en las fotocopias que nos repartieron durante la Maratón, donde además de una muestra de las historias que han recopilado, podemos leer unas hermosas palabras de Kapilolo: "Ningún pueblo de la Tierra puede sobrevivir sin sus relatos. Contar tu historia te hace humano, porque tu humanidad surge de tu relato, de tu pasado. Ser humano es poseer una vida espiritual y física. No podemos dejar que estas dos realidades caminen en direcciones distintas. No. Deben caminar juntas, mano a mano, porque así fuimos creados". Y los relatos que acompañan nos muestran una cultura que hace que el planeta sea un lugar digno de ser vivido. Y uno de los relatos cuenta... Bueno podría contar alguno, pero, je je je, para eso tendréis que conseguir el libro La niña que creó las estrellas que De Prada ha publicado en la editorial Lengua de Trapo
Y a los y las organizadoras del Maratón de Cuentos de Guadalajara solo nos queda agradecerles el organizar este festival que tan buenos momentos nos regala. El próximo año cumplen dieciocho años, cumplirán la mayoría de edad; quizás es hora de que les hagamos un buen regalo. Se lo merecen

terça-feira, abril 22, 2008

El bostezo de Dios

Lo he leído en algún papel. Parece ser que Dios creó a las personas porque deseaba escuchar cuentos. Es decir, porque se aburría. ¡Es tan aburrido estar solo! Y si es por toda la eternidad ni qué decir. Quizás por ello nos hizo imperfectos. Bueno a todos no. Dicen y cuentan que para crear la primera persona Dios amasó un trozo de barro. Con él hizo una imagen humana y la introdujo en el horno caliente. Como no tenía experiencia en hacer personas no sabía el tiempo de cocción, y temeroso que saliese cruda lo mantuvo más tiempo del adecuado, por lo que cuando sacó aquella primera persona estaba totalmente chamuscada. Así surgieron las personas de raza negra. Hizo entonces una segunda figura. Teniendo en cuenta su primera experiencia esta vez no pasó mucho tiempo hasta que la sacó del horno, pero ahora fue demasiado pronto y esta segunda persona salio cruda. De ahí surgieron los blancos. Amasó por tercera vez. Ahora había aprendido bien la lección y mantuvo la figura el tiempo adecuado. Está vez sí fue perfecto todo. Del horno surgió una persona de tez morena y brillante. Así surgieron los gitanos. La perfecta creación de Dios.
Pues bien, somos imperfectos (bueno, menos los gitanos claro). Quizás por eso mismo contamos cuentos. Aunque pensándolo bien, tampoco los gitanos son muy perfectos, ya que ellos también cuentan historias increíbles y maravillosas. En fin, que la manía de contar cuentos viene de hace mucho tiempo, del principio de todo vaya, desde que Dios dijo la primera palabra y comenzó con el Génesis el libro de cuentos más famoso de la historia. Algo más tarde, allá por el Renacimiento, el napolitano Giambattista Basile quiso hacer olvidar esta tradición divina (¡estos renacentistas!) escribiendo “El cuento de los cuentos”. Pero no; la narración de cuentos es un regalo del aburrimiento divino. Y bien que acertó Dios, ya que no le damos ocasión para ello. Entonces, los cuentos son tan antiguos como las personas, o más si tenemos en cuenta lo del Génesis y eso. La persona que cuenta cuentos estará, por ello, revestida de un don divino. Dicen que los verdaderos narradores son los Tlaquezqui, ya que ellos dicen las cosas claras, con los labios de un artista. Y dicen, que quien sabe contar cuentos utiliza palabras tiernas, con flores en la boca, con un verbo elegante. ¡Concho, si que es difícil esto de contar cuentos! De todas maneras, aunque sin ser Tlaquezqui, sin hablar tan bellamente, cada persona tendrá algo bonito que contar. O no. Quien no tiene nada que contar puede encender la cólera de Dios, por darle oportunidad para aburrirse, por condenarle a una tediosa eternidad. Mira por dónde, ahora se entiende lo del infierno; alguien que no tiene nada que contar a tu lado para toda la eternidad. No es de extrañar el enfado de rey celestial.
Recapitulemos. Surgimos del aburrimiento divino. La razón de este nacimiento es el tener que narrar historias. Es por ello que la narración surge al principio de los tiempos. Entonces, ¿por qué se pone de moda ahora? ¿Por qué las personas humanas han ocupado el lugar de Dios y se aburren? ¿Por qué se sienten solas y necesitan que alguien les cuente algo bonito? ¡Recórcholis, qué difícil es vivir! ¿Entendemos ahora las migrañas de Dios? Los cuentos han acompañado desde siempre el devenir humano. Le han ofrecido algún tipo de ayuda ante las dificultades y las dudas del vivir. Siempre han estado ahí, para entender el mundo o, sin más, para imaginar otros mundos posibles, recorriendo los maravillosos territorios de la fantasía.
Quizás por todas estas razones las sesiones narración son cada vez más numerosas. Los narradores y narradoras de no estar estamos llegando a ser. Se buscan las historias que surgen de nuestros labios. Y es motivo de alegría. De todas maneras no todo es tan entrañable. Surgen, como en los cuentos, diversas dificultades en el camino. Preocupaciones. Dudas. Preguntas. ¿Se le da tanta importancia como parece a la narración de cuentos? ¿Se ve como algo curioso o como una parte de eso que llamamos artes escénicas? ¿Las actuaciones que se publicitan se organizan de una manera digna? ¿Se ven al narrador y la narradora como un artista o como alguien que cuida nuestros niños? ¿Por qué no existe una critica de los espectáculos de cuentos tal y como existen del teatro, la danza, la música o el cine? ¿Reflexionamos seriamente los narradores sobre estas cuestiones? ¿Cuáles son nuestras dificultades y cómo nos enfrentamos a ellas? Demasiadas preguntas, aunque no por ello baladíes. Pero para tratar de encontrar las respuestas adecuadas el mayor problema, seguramente, reside en el desconocimiento mutuo de los mismos narradores y narradoras. Conscientes de ello, los narradores vascos (que intentamos hacer florecer nuestras bocas, dicho sea de paso), hemos decidido juntarnos. Y no solo eso, hemos decidido que todo Euskal Herria se entere (por lo del narcisismo del artista). Y que sea en Aramaio, precioso pueblo alavés (no falso y sí muy cortés). Hemos decidido que el 22 de septiembre sea una fiesta de la palabra, donde las calles de Aramaio rebosen de cuentos. Donde la fantasía de los cuentos nos muestren que otros mundos son posibles. Donde lo pasemos estupendamente. Para enseñar que la narración en Euskal Herria es un muerto que goza de buena salud. Sabemos que tenemos un duro trabajo por delante para reivindicar la narración como un hecho artístico en sí mismo; pero ante el temor que Dios se aburra con nuestra chapa, ese día lo dedicaremos a contar cuentos y más cuentos, tratando, como los Tlaquezqui, de utilizar palabras tiernas y un verbo elegante. Poniendo nuestro grano de arena para que los cuentos ocupen el digno lugar que les corresponde, aunque eso no sea exclusivamente tarea nuestra. Para no encender la cólera de Dios. Para que no se aburra. Para que no nos aburramos.

Y cuando todo esto ocurrió, nosotros estábamos allí. Dicen.

segunda-feira, fevereiro 25, 2008

Critica actuación en La Luna- Logroño

Trayendo palabras de Galeano a la memoria, las criticas de las sesiones de cuentos, como los orgasmos en la vida, brillan por su ausencia. Pero de vez en cuando ocurren "esas" cosas, y cuando se refieren a uno, y encima te ponen bien, pues como que la neurona se vuelve loca y la autoestima se crece. Es de agradecer no solo las estupendas sesiones de cuentos que se organizan en el Café de La Luna en Logroño, sino también las criticas posteriores que se publican en el blog. Después de una sesión siempre te queda la duda de lo que habrán pensado, sentido o dormido las gentes que forman ese "ser" tan extraño al que denominamos público. Y sin crítica dificilmente podremos avanzar, dificilmente podremos salir de este mundo endogámico de la narración oral. Una vez más se agradece la crítica (pero bueno, porque me ponen bien si no...).


El jueves estuvo Joxemari Carrere en La Luna
"Si consideramos que Carles, Fran, Carlos y Diego son los cuentacuentos "titulares" de La Luna, sin duda Joxemari es el "suplente de lujo".Es una rara casualidad que cada vez que le he visto ha sido cubriendo una baja de última hora, y cada vez ha salido airoso de la situación; capacidad admirable, porque con el tiempo voy entendiendo que no es fácil saltar así, de improviso, a pasar una hora contando cuentos como si tal cosa. Por mucha experiencia que se tenga.Joxemari nos trajo una colección de cuentos para niños (ya se sabe: con crímenes, mutilaciones, sangre, vísceras, y caca a cascoporro), y a fe que los contó bien, y nos divirtió con ellos, pero sobre todo nos trae, cada vez que viene, su calidad de narrador. Una rara cualidad de captar la atención con cualquier cosa que te cuente. De hecho (y no se me entienda mal), casi resulta más divertido escucharle sus peripecias como contador de cuentos a niños, que los cuentos en sí.En fin, que a ver cuándo viene como parte del programa, para verle bien relajado y bien en su salsa, y porque siempre da gusto volver a escucharle."
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sexta-feira, fevereiro 22, 2008

¿Se liga contando cuentos?

En una de las muchas animadas charlas de alguna de las Maratones de cuentos de Guadalajara, salió, entre los vapores de zumo de cebada fermentado, la cuestión si se liga contando cuentos, o, para ser más exactos, por contar cuentos. Salvo alguna excepción excepcional, la respuesta era tajante: no.
Dada la natural atractiva imagen del narrador o narradora que existe en la sociedad, es decir, la de una persona culta, sensible, inteligente, interesante, buena conversadora, buena escuchadora, emprendedora, viajada..., era dificil enfrentarse a tal realidad tan diáfana. lo normal era que cada cual pensase que los demás eran las y los ligones; pero no, la epidemia llegaba al más recóndito lugar de la palabra dicha. Entonces surgía la pregunta: ¿Por qué entonces se piensa que por contar cuentos se liga más? Ay! Una de tantas preguntas de dificil o imposible respuesta. Mas nada hay que escape a la curiosidad de un buen narrador, por lo que me propuse dar con la respuesta.
Un hecho inesperado me puso en la pista, o para ser más exactos, me abrió las orejas. Estaba yo realizando un trabajo de campo en las fiestas de Oiartzun (un pequeño y bucólico pueblo rodeado de verdes praderas, justo al lado del que habito), a eso de las seis de la mañana. Apoyado en la barra de un bar, viendo el deambular de la gente, aguzando la vista para no perder detalle del extraño líquido amarillo y espumoso que mermaba en el vaso aferrado a mi mano, pude contemplar el entrañable encuentro entre dos personas de edad juvenil, de las cuales se podía contemplar, sin demasiada agudeza, unos ligeros resplandores sensuales, de los cuales, quizás, ni ellos mismos eran conscientes. Mas la labor de un narrador es estar en un permanente estado de observación total, es por ello que pude calificar aquella situación, la de la pareja por supuesto, de pre-encuentro, cuando menos, sentimental. Estando yo en estas tribulaciones creativas, y mientras volcaba mi interes pasajero por el vaso aquel que tenía hacía un corto tiempo olvidado, observé cómo la chica se disculpaba por un momento, alejándose a algun lugar distante (de lo que colegí que tendría alguna imperiosa necesidad corporal). Entonces ocurrió.
En el momento que aquella chica desapareció, el muchacho que la acompañaba se giró hacia mí rogándome: "Cuéntame un cuento para contarle a esa chica. Es que quiero ligar con ella". Una extraña sensación de euforia se apoderó de mí en ese momento. Después de tanto tiempo contando historias de aquí para allá, encontraba la verdadera razón de todo ello: ¡contar historias servía para ligar! Aunque para ello tendria que obviar un pequeño detalle, a saber, que quien iba a ligar con los cuentos no era yo sino aquel inteligente joven que había sabido encontrar el verdadero valor de la narración oral.
A partir de entonces, y sin poder desembarazarme de aquella excitación tanto artística como human, comencé a destilar por mi boca toda clase de historias supuestamente adecuadas para el empeño que se me proponía. El joven, mientras escuchaba, iba asintiendo o no, sobre la idoneidad de aquellos relatos surgidos de lo más profundo de mi memoria sensitiva. estábamos en ello cuando hizo aparición la, para entonces, ninfa de los sueños, no solo de aquel muchacho, sino de mí mismo. Olvidóseme abandonado en la barra madrugadora de aquel bar, pronto iluminado por las luces de alba, el vaso con su contenido, hasta entonces soporte y acicate de mis elucubraciones. involucréme totálmente en el objetivo de hacer de aquel encuentro un hecho inolvidable para aquellos jóvenes, quienes para entonces escuchaban abrazados mis más queridos relatos. Y antes de que reventará el día, partieron hacia un futuro cercado de sueños y aventuras maravillosas. Yo regresé hacia aquel fiel vaso, que aunque abandonado temporalmente, sabia que regresaría con él, antes de que la luz de un nuevo día nos anunciase otra historia más.
Este hecho, aunque anecdótico, me hizo concluir que en realidad contar cuentos SÍ sirve para ligar, aunque los que ligen sean los que escuchan. Pero ahí radica la increible labor de las y los narradores, la labor de que alguien en algún lugar del mundo, aunque sea por un momento, ¡eche un buen polvo! Y entonces me día cuenta de que en realidad yo en vez de contar tendrái que haber escuchado. Si hubiese atendido más en la escuela, en vez de hablar tanto...
(Continuará)


"Trabajando" duramente junto a Rodorin y Domingo Chinchilla en Sabiñánigo (Huesca). El arte de narrar no da descanso.