quarta-feira, dezembro 28, 2011

Inocente


         Un cuento tradicional nos explica la procedencia del dicho “la verdad de Getaria” (en castellano algo así como “verdad de perogrullo”). Esperando no levantar demasiadas iras entre los getariarras, la expondré por encima siquiera.
         Parece ser que en Getaria (Gipuzkoa) no conocían la verdad y teniendo la necesidad de ella enviaron a tres personas a Iruñea (Pamplona), con el encargo de pedírsela al obispo. Al llegar a la ciudad tres estudiantes tunantes viendo en ellos la oportunidad de sacar unos cuartos para la merienda de ese día, les engañaron convenciéndoles que ellos trabajaban para el obispo y que se la pedirían en su nombre. Al cabo de un rato y tras el pago de unas monedas, les entregaron una sopera tapada, diciéndoles que allí dentro se encontraba la verdad del obispo, pero que no abrieran el recipiente hasta llegar al pueblo. Y los tres paisanos tomaron el camino de regreso. Al llegar al pueblo, todos los habitantes se agolpaban en el salón de la casa consistorial, ávidos de conocer la verdad. Cuando depositaron la sopera enseguida se percataron de la pestilencia que surgía de aquel recipiente. El alcalde, queriendo comprobar si el gusto se complementaba con el olor, introdujo un dedo en la sopera y después de llevárselo a los labios, exclamó: “¡Esto es mierda!”. Se acercó el cura y, efectuando la misma operación, confirmó: “¡Es verdad!”. Y en Getaria todo fue alegría y alborozo.
         Son muchos los relatos populares a lo largo del mundo que nos hablan de la búsqueda de la verdad. La misma Biblia nos presenta a Dios como la única y verdadera Verdad. La búsqueda de la verdad es un camino interminable para las personas humanas; y en nombre de esa verdad se han dicho grandes mentiras y cometido atrocidades enormes. Pero a quien todo lo cree lo tenemos por una persona inocente; en cambio, al mentiroso lo tomaremos por lúcido, despreciable acaso, pero alguien que sabrá abrirse camino en la vida. Habrá quien se ría a costa de los de Getaria por ser tan inocentes, sin caer en la cuenta que no es más que un cuento, y, quizás, sin percatarse de que sus verdades están envueltas en la pestilencia de sus mentiras.

Publicado originalmente en euskara en: http://www.gara.net/paperezkoa/20111227/311961/eu/Inuxente

sexta-feira, dezembro 16, 2011

El teatro desnudo


         “Puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo un escenario desnudo. Un hombre camina por este espacio vacío mientras otro lo observa, y esto es todo lo que se necesita para realizar un acto teatral. Sin embargo, cuando hablamos de teatro no queremos decir exactamente eso”[i]. Con estas palabras abre Peter Brook su conocido ensayo “El espacio vacío”. Por supuesto esto no es más que el principio, a partir de aquí nos ofrece una hermosa lección sobre el arte teatral. Pero por ahora quedémonos con esa reflexión, es decir, ¿de qué hablamos cuando hablamos de teatro? Comencemos por la simplicidad, por el hecho teatral en su concepción básica, como hicieron Eugenio Arozena y Xabier Lete en su trabajo dramático “Antzerkia deuseztik izatera” (El teatro de la nada a la existencia”, obra escrita para el grupo teatral Intxixu. En este trabajo escénico planteaban un recorrido por distintas expresiones escénicas y teatrales desde las representaciones prehistóricas hasta la época contemporánea.
         Esa concepción vacía de la acción teatral que plantea Brook quizás pueda entroncarse con aquellas representaciones prehistóricas, cuando aquella simplicidad era suficiente para expresar las preocupaciones y reflexiones sobre la existencia humana y su lugar en el mundo. Con la evolución de la Historia, el teatro evolucionó también. Se fue llenando aquel espacio vacío. El escenario se cubrió con un edificio. Ese edificio se convirtió en un espacio elegante. Y con ello, el hombre que cruzaba el escenario perdió importancia en beneficio del continente. Asistir al teatro se convirtió acudir a una estructura arquitectónica. Aun espacio lleno, lleno de cosas. “Decimos que el cine mata al teatro tal como era cuando nació el cine, un teatro de taquilla, salón de descanso, asientos con bisagra para permitir libremente el paso del público, candilejas, cambios de decorado, entreactos, música, como si el teatro fuera por propia definición esto y poco más”.
         Ya hace años que el escritor inglés publicó ese importante trabajo y propuesta teatral. Hace años, también que la pareja Arozena-Lete propusieron ese viaje escénico para salir de la inexistencia. En estos momentos que presentan los presupuestos institucionales se vislumbran también viajes de retorno, hacia la nada, el vacío. El teatro se está convirtiendo en un escenario vacío. Ahí están los edificios, con sus ventanillas, asientos reclinables, telones y decorados; pero si uno se coloca en mitad de la platea no escuchará los pasos del hombre que cruza el escenario. Ni el juego parateatral de Xelemon. Percibirá el teatro desnudo, ya que los actores están en la calle, fuera del edificio, representando la nada.

Artículo publicado originalmente en euskara en la revista ARGIA: http://www.argia.com/argia-astekaria/2302/antzerki-biluzia


[i] El espacio Vacío. Peter Brook. Edit Nexos Barcelona 1986

terça-feira, dezembro 13, 2011

¿Qué contar? ¿Cómo?


         “¿Las personas hacen la sociedad, o la sociedad las personas?”, se preguntaron hace tiempo en la sociología. Al contar cuentos suelen aparecer de vez en cuando reflexiones y dudas del estilo, es decir, ¿Es el cuento el transmisor de ideas, actitudes o valores, o lo es el narrador? En ello estábamos Bea y yo, charlando sobre el tratamiento de la mujer en los cuentos tradicionales. Discusión tan vieja como enredada, ya que, añadido a las reflexiones y discusiones que podamos tener los narradores y narradoras sobre el tema, hay que tomar en cuenta la acogida y respuesta por parte del público en relación al tema que nos ocupa. ¿Contar los cuentos tradicionales tal y como los recibimos o cambiarlos? ¿La creación en función de las ideas, o las ideas en función de la creación? Del mismo que Brecht puso a un obrero preguntándose ante la historia, los narradores y narradoras, como sujetos creadores, tendremos que hacernos preguntas ante los cuentos.
         Los cuentos tradicionales me encantan y soy un ferviente defensor de ellos. Los cuentos de tradición oral, a diferencia de los escritos, no son relatos acabados, fijos, estáticos; por el contrario, son relatos comunitarios que viven en constante transformación. Son creaciones que han ido adaptándose a través de los tiempos y culturas. ¿Qué se puede, entonces, cambiar y qué dejar? He ahí la cuestión. Para responder, o intentarlo al menos, a tal cuestión es imprescindible y necesario conocer los cuentos tradicionales, así como sus evoluciones temporales y culturales. El narrador, la narradora, tendrá que reflexionar sobre ello, pero, al mismo tiempo, reflexionar en torno a la sociedad que habita, sus posiciones, actitudes, contradicciones. Quien cuenta cuentos no puede ser un creador que viva aparte de la sociedad. Pero, ¿sólo los narradores?


Publicado originalmente en euskara en el diario GARA: http://www.gara.net/paperezkoa/20111213/309451/eu/Ze-ipuin-kontatu-eta-nola

sábado, dezembro 03, 2011

Los viajes soñados


“¿Dónde está propiamente el que duerme?” Maria Zambrano


         Los sueños tienen su propio tiempo. Cuando dormimos el tiempo transcurre a otra velocidad, no más rápido, ni más lento, sino en el tiempo del sueño. Y en ese devenir todo es posible. Entraremos en otra dimensión de nosotros mismos; que nos trasportará fuera de nuestra cotidianeidad. Podremos ir al lugar más lejano y conversar con la persona más extraña. Viviremos momentos espantosos y gozosos. Andaremos de taberna en taberna por aquel pueblo, con esa amistad que no veos hace años, y cumpliremos con lo incumplido entonces. Y lloverá en un día soleado, y pasearemos por el Himalaya en bañador, con un mojito en la mano, bailando sala con los sherpas.  Y los relojes se derriten en los sueños, pues el tiempo es elástico en los sueños.
         “Entrar bajo el sueño es por tanto desprenderse, sin perderlas, de las envolturas temporales que caracterizan la vigilia, irse despojando de todo lo que a ellas corresponde”. La filósofa María Zambrano nos alecciona sobre la relación que se da en las personas entre el tiempo y el sueño. Nos habla de la conciencia del tiempo y su importancia en la vida humana. El dormir y la vigilia analizados desde esas percepciones temporales; investigando y reflexionando sobre la misma existencia humana condicionada por la temporalidad. La importancia del tiempo en nuestras vidas comienza en el momento mismo que tomamos conciencia de nuestra existencia; no en el tiempo que marca el reloj, sino en la división del día y la noche, de la luz y la oscuridad, tomados ellos dos como dos espacios. Y en esos dos espacios dividimos nuestra consciencia y nuestra inconsciencia. El soñar no es simplemente una acción, según Zambrano, es también un espacio, donde ocurren cosas que escapan a nuestro control, sin tiempo, o, si lo preferimos, fuera de un tiempo que no conocemos. Quizás por eso mismo soñemos despiertos. Ese espacio, ese acontecimiento que ocurre mientras dormimos, que escapa a nuestro control, deseamos repetirlo desde la consciencia. Rompemos entonces con nuestro tiempo cotidiano y queremos partir hacia otra realidad. Y soñamos lugares desconocidos, lejanos, viajes deseados y gentes extraordinarias. Situaciones gozosas, tranquilos atardeceres y fiestas con desconocidos. Imaginamos playas paradisíacas y montañas inexpugnables; selvas insondables y desiertos interminables. Y organizamos un viaje. El viaje de nuestros sueños. El viaje no será lo que está aconteciendo, sino lo imaginado con antelación y lo rememorado después. Entonces el viaje existirá en otro tiempo, no será presente, ni pasado ni futuro, sino que, como en los sueños, existirá en su propio tiempo; reflejará otra realidad, que no ocurre mas que en nosotros mismos y que, a menudo, existirá fuera de nuestra control consciente. El viaje será el lugar que nos ayuda a escapar de nuestra cotidianidad, de la rutina, del trabajo, de los problemas. A través del viaje imaginaremos otra vida, donde todo es posible, donde el tiempo será otro tiempo.
         Pero, al mismo tiempo, es necesario terminar el viaje, regresar, para así tomar consciencia de él, ya que sólo así existirá. Como en los sueños, donde es imprescindible despertar para poder tomar consciencia de ello. Necesitamos de estos dos espacios para tomar conciencia de nuestra existencia, ya que de no discernirlos se nos haría incomprensible esa  misma existencia. Pero, al mismo tiempo, necesitamos socializar esa experiencia, compartirla con el otro, fortaleciendo de este modo el recuerdo de aquello que queda fuera del tiempo y, al mismo tiempo, reafirmaremos su presencia. Y sentiremos el placer de viajar.
         Qué ocurre, en cambio, cuando para alguien el viajar se convierte en obligación, una obligación nada placentera. Cuando el sueño no es conocer territorios maravillosos, o culturas desconocidas. A quien el sueño del viaje se convierte en pesadilla, ¿deseará pasar a ese tiempo desde el cotidiano? Da la impresión que el viajar, conocer el mundo, los viajes aventura, los de placer o los alternativos, se hayan convertido en imprescindibles en nuestra sociedad occidental, norteña. Y quien no viaja no conoce los placeres de la vida. Pero para la mayoría de los viajeros que atraviesan el planeta, el viajar no es ningún placer, sino una condena. Y sus sueños quedaron en aquel lugar que dejaron atrás, o robados por las mareas marítimas, o en una espalda mojada. Quizás los que sueñan esos mundos maravillosos, sean los familiares y amigos que, en aquel lugar del mundo abandonado y lejano, esperan el relato de un viaje extraordinario.
         ¡Ay!, pero estos no son viajeros o aventureros sino emigrantes. Los viajeros son poseedores del tiempo de los sueños, los emigrantes, en cambio no tienen nada, ni derecho a soñar. Son despojados del tiempo de sus sueños. “…decir persona es decir libertad y disponibilidad de tiempo”, nos señala María Zambrano, por lo que al negarles ese tiempo, les negamos de esta manera la libertad. Soñar un mundo nuevo, es soñar un nuevo tiempo, donde todas las personas tengamos ese derecho, es decir, derecho a nuestros sueños y a nuestro tiempo. Viajar debería ser adentrarse en esos territorios, y acoger a los viajeros en nuestra casa en hacernos partícipes de sus sueños. Para entrar en un tiempo nuevo de la Historia.

sexta-feira, setembro 23, 2011

Había una vez en...Legutiano

El surgimiento del habla será, seguramente, una de las evoluciones más importantes del ser humano. El cambio que supuso la concreción física del pensamiento en la comunicación entre los seres humanos, marcó, sin duda, el posterior devenir de la humanidad. A partir de entonces, los idiomas pasarán a ser uno de los instrumentos más importantes de dicha inter-comunicación, tanto personal como colectiva; siendo ese ímpetu comunicativo, esa necesidad de contar, una de las características más claras de la complejidad intelectual humana. De esa necesidad de decir, de contar, surgirán los cuentos, los relatos, las leyendas, los mitos; convirtiéndose todos ellos en una de las particularidades más determinantes de las culturas en constante evolución.

Durante el s. XIX, principalmente, comenzó en Europa un movimiento de recopilación de cuentos tradicionales, considerándose a estos como una muestra identitaria de las culturas asentadas y desarrolladas en cada lugar. Siendo como era la mayoría de la población analfabeta (y no digamos las pertenecientes a comunidades con idiomas no oficiales), la transmisión oral era determinante en la difusión cultural e identitaria. El País Vasco no fue extraño a esa corriente, comenzando las recopilaciones primero en la parte continental (Cerquand, W. Wester…), continuando después en la peninsular (Azkue, Barandiaran…). La importancia de los cuentos populares en la cultura de una comunidad no se ciñe únicamente a su valor lingüístico o literario, ya que a través de ellos también se difunden cosmovisiones, valores propios, conocimientos, particularidades y evoluciones para entender dicha cultura. Pero contar cuentos es también una actividad artística, es decir, una utilización creativa y bella del lenguaje, decir sin hablar, jugar con quien escucha, adentrarse en territorios imaginados. El valor de los cuentos en las sociedades tradicionales ha evolucionado con los tiempos, al mismo tiempo que la sociedad que los acoge, pero sin perder el valor de ese importante momento cuando se escucha una historia. Dicen que dios creo a las personas porque quería escuchar historias; así es de divino ese acto. Y quizás por eso mismo ha habido siempre personas que convirtieron esa necesidad en oficio, relatando cuentos de pueblo en pueblo, no sólo como un medio de transmisión cultural, sino como parte de su oficio, como artista creador, del mismo modo que los actores, cantantes o pintores.

En la sociedad moderna, con todos sus adelantos tecnológicos, aunque parezca mentira, no se ha perdido la importancia del habla. La gente quiere escuchar cuentos, quiere escuchar a alguien contar historias maravillosas; al margen de la velocidad cotidiana, tomar aire y perderse en un relato fascinante. El escuchar por boca de otra persona un bello relato, quizás, nos hace tomar conciencia de nuestra existencia humana. Seguramente en ello radicará la importancia de contar una historia a viva voz. Y esa actividad que nos llega desde la tradición tiene continuidad hoy en día.

La divulgación de los cuentos ha pasado de manos de los folkloristas al arte de los narradores orales. Aunque mucha gente siga pensando que escuchar cuentos es una actividad infantil, lo cierto es que cada vez abundan más los espacios donde se programan sesiones de cuentos para adultos y jóvenes. La narración oral ha pasado de los hogares a la escena, saltando al terreno de las artes escénicas. Y los narradores y narradoras vascas caminamos junto a ese movimiento que comenzó en Europa ya hace bastante más de veinte años. Eran pocos al principio, tres o cuatro, pero hoy en día los narradores y narradoras vascas ofrecen sus propuestas narrativas en bibliotecas, casas de cultura, teatros, bares y demás lugares. La narración oral vasca ha atravesado nuestras fronteras presentando sus espectáculos tanto en distintos lugares de Europa como en otros continentes, llevando a esos lugares cuentos tradicionales y modernos.

Queriendo mostrar esa realidad a la sociedad vasca, hace seis años la asociación Kontalariak organizó la primera Fiesta de los Narradores vascos en Getxo (Bizkaia). Después vinieron más, Aramaio, Pasaia Donibane, Etxalar y Bermeo; siempre con la idea de la palabra festiva e itinerante, de la que participan tanto los narradores como los que se acercan a ella. Este año la palabra viajera llega a Legutio, en Araba, donde se extenderá por todos sus rincones, demostrando que aún siendo una actividad remota, la narración de cuentos sigue hoy en día felizmente viva. Para demostrar que los cuentos no tienen edad. Porque el ser humano gusta de escuchar cuentos, pero, sobre todo, porque necesita escuchar por boca de otros relatos maravillosos. Este año Legutiano será la capital de ese reino.

Contando en Legutiano

Lo hicimos un par de veces. De la mano de la Asociación cultural Mikelazulo juntamos a un grupo de niños y niñas y los llevamos a conocer la parte vieja de Errenteria, para enseñarles la historia de aquellas calles. Pero en vez de perderles en daos históricos, pensamos que era más interesante contarles las historias de la historia, conocer la historia de nuestro pueblo a través de la fantasía y la imaginación; de este modo aquellas viejas calles serían lugares narrados. Y nos adentramos en ellas, contando.

Desde que llenamos de cuentos las calles de Getxo, los narradores y narradoras vascas, hemos recorrido unas cuantas poblaciones. Con nuestra fiesta itinerante. Aramaio, Pasaia Donibane, Etxalar y Bermeo llegaron después. En todos esos lugares la idea era simple: ofrecer nuestros cuentos en sus salas, bares, calles, plazas y rincones. Los narradores que formamos parte de la narración oral vasca, con nuestros cuentos pretendemos así, completar de alguna manera el mapa de la narración en nuestro país. Y queríamos darle un aire de fiesta, la fiesta de la palabra dicha. Sacar la palabra a la calle de una manera artística, a través de la imaginación, comunicándonos frente a frente. Andar contando por los bares, los rincones, las calles, las plazas, es también una manera de reivindicar los cuentos contados.

Los narradores y narradoras vascas dando a conocer de este modo nuestras propuestas artísticas, estamos también ligando los cuentos a la vida de un pueblo, a su cotidianeidad, a sus lugares, a su imaginario colectivo. Este año nos vamos a Legutiano, en Araba. Ocuparemos sus bares, sus plazas, sus calles. El último fin de semana de septiembre Legutiano será la capital de la narración vasca. ¿Quién se apunta?


Artículo publicado originalmente en euskara en el diario GARA: http://www.gara.net/paperezkoa/20110920/291907/eu/Legution/kontari/

quarta-feira, setembro 07, 2011

Las Antípodas

“Oye, hace poco supe que las antípodas no es un país. Me lo aclaro mi tío; que si haces un agujero a través del mundo, pues… allí; en la Antártida o por ahí, Pero no es un país”. Antes de comenzar a contar cuentos en la Romería de Eskolunbe, en Araba, me lo aclaró en la cantina Pedro. Muy simpático, aún más después de trasnochar y tomando un café con “unas gotas”. Claro, alguien pensará: ¡Qué incultura!”; pero hablando del cuestiones de la huerta, ¿quién es el inculto? Pero más intrigante se me hizo lo que comentó después: “Yo también sé un cuento, pero no te lo voy a contar porque me pongo triste, ¡es tan bonito!”.

El andar de un lado para otra se hace cansado muchas veces, pero otras muchas tenemos encuentros bonitos. Conocemos gentes y lugares que, seguramente, de otra manera no conoceríamos, y nos cuentan cosas que no sabríamos, quizás, nunca. Contar cuentos no es ir de un lado para otro sin más y echar lo nuestro. Así como pedimos que se nos escuche, debemos, del mismo modo, saber escuchar. Contar cuentos no es, simplemente, relatar algo; es más que eso. Contar cuentos es buscar la comunicación, interactuar con quien escucha. Y la cantina de una romería, con una cerveza en la mano, es un buen lugar para interactuar. De lo contrario estaremos en las antípodas de la narración, pensando que es un país; sin adivinar que las antípodas es un territorio imaginario que cambia según dónde te halles y que, para vislumbrarlo, hay que agujerear el mundo. Entonces aprenderemos a contar cuentos. Quizás.

Y, probablemente, entonces, sabremos esa historia tan bonita que pone triste a la gente. O podemos ir a la romería de Eskolunbe, en Araba, el año que viene.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA: http://www.gara.net/paperezkoa/20110906/289163/es/Antipodak/

terça-feira, agosto 23, 2011

Gargantúa



Gargantuam n’èra pas de nòste païs; pr’aquò dison que passèc entà nosauts. Dison que venguèva deu costat de Bordèus, e que se n’anava entà l’Espanha.

Era un òme haut sèt còps coma lo cloquèr de Sent-Gervasi. Gran coma èra, n’avèva pas sonque a draubrir la boca ende envalar los ausèths deu cèu.

Así comienza la historia de Gargantúa que cuentan en Gascoña. Un gigante siete veces más grande que las campanas de la iglesia de San Gervasio; quien, abriendo la boca, se tragaba todos los pájaros. Del cielo. Cuentan en Gascoña que no era de allí, que venía de Burdeos camino de España, haciendo una parada en sus tierras. En el País Vasco sabemos que camino de España hizo otro par de paradas más en Gasteiz/Vitoria y en Bilbao, para acudir a sus fiestas. Y allí lo podemos encontrar abriendo su gran boca mientras engulle un niño tras otro. Y los niños y las niñas en fila deseando ser engullidos por el monstruo, para salir después por sus posaderas, allí donde despierta más de uno y una, tras una larga noche de divertimento

Muchas veces los cuentos tradicionales se ven como algo del pasado, sin relación con nuestras actuales vidas, y vivencias. Las tradiciones, sin embargo, están en continuo movimiento, haciendo su camino en el devenir del tiempo. Y en cada época las gentes han adoptado y adaptado las costumbres, cuentos, relatos, manteniéndolos vivos, para que continúen su camino.

¿Cuál es la fuerza de este Gargantúa para que niños y niñas esperen ser engullidos por él? ¿Por qué ese deseo de introducirse en su garganta para salir por el culo después? Quizás sea una manera de conjurar sus miedos. Quizás, sea una suerte de viaje interior para enfrentarse a la vida. A saber.


Artículo publicado originalmente en euskara en el diario GARA http://www.gara.net/paperezkoa/20110823/286464/es/Gargantua

quarta-feira, julho 27, 2011

Relatos de madrugada

Una vez, estando en fiestas de Oiartzun explicando a una botella de cerveza el ambiente de aquellas nocturnas horas, una joven pareja charlaba a mi lado, apoyados como yo en la provisional barra de aquel provisional bar callejero. "¡Ay, qué bonito es el amor!"- suspiré; pero, claro, en ese dialecto que utilizamos a esas horas, es decir "¡jdoderg, je boditdo ezs elhaborg!". En estas estaba cuando veo que la chica se va, dejando allí al muchacho. entonces, para mi sorpresa, el joven se gira y me dice: "Cuéntame un cuento, es que quiero ligar con esa chica, y así luego se lo cuento". Mi corazón se expandió como la luna llena. Comencé a contarle un cuento tras otro, buscando el más adecuado para sus intenciones. Al rato regresó la chica y continué contándoles a los dos, allí, en aquel provisional bar callejero y fiestero. Al cabo de un rato, la pareja se fue después de darme las gracias. Yo pedí otra cerveza, con una gran sonrisa, en el alma.

¿Para qué sirve contar cuentos? Quién sabe. Como muchas acciones y hechos humanos el contar cuentos no tendrá un único objetivo; de todas maneras, el escuchar una historia por boca de otra persona nos coloca en una relación imaginaria. La época veraniega es también la de las fiestas populares, propicias para otro tipo de relación entre las gentes. Y, entonces, cuando no sabemos qué decir o cómo, quizás un cuento nos abrirá una puerta maravillosa. Aunque estemos apoyados en un bar provisional y fiestero, en medio del remolino festivo. Y entonces, si alguien te cuenta una bella historia, no tienes que tener miedo a nada. Salvo a la resaca del día siguiente.


Publicado originalmente en euskara en el diario GARA: http://www.gara.net/paperezkoa/20110726/281222/eu/Ordu/txikiko/kontuak/

segunda-feira, julho 04, 2011

FEST 2011 Toledo




Canta Ruper Ordorika, cantautor vasco, "Berandu Gabiltza" (Andamos Tarde), y un mes he tardado en ponerme a escribir esta pequeña crónica del IV encuentro de FEST (Federation of European Storytelling) celebrado la segunda semana de junio en Toledo, España. Después de reunirse por primera vez en Suecia, después en Suiza y el año pasado en Inglaterra, este año la federación de narradores europeos se ha juntado en Toledo para continuar asentando el movimie
nto narrativo oral en Europa. Es por ello que la tarea principal de esta edición fue dejar concretados los estatutos de dicha asociación, cosa no tan fácil, ya que parece que el hacer una asociación a nivel europeo tiene sus complicaciones.
Pero todo no fue, ¡menos mal!, encajar ideas y opiniones diversas en los estatutos. Para empezar una de las cosas más divertidas, en mi caso, fue tratar de descifrar ese endiablado idioma en el que se desarrollaban las jornadas y del cual mis conocimientos se restringen a poder desarrollar mis capacidades cognitivas y psicomotrices en los videojuegos, estoy hablando, por supuesto del inglés. Al tercer día podía comprender, casi perfectamente, todo lo que aquellos labios pronunciaban, riéndome cuando la gente se reía, poniendo cara de pensar cuando la ocasión lo requería y hasta levantando la mano cuando la mayoría lo hacía. es increíble la de conversaciones profundas que se pueden desarrollar con el
wachufri, insert coin, good, hi, play game,
very very, spiknihostias, you lose, iammainfrend, ai basque estorycuenting y
locuciones por el estilo. Si la imaginación es la
poderosa arma de destrucción masiva de los y las narradoras, yo la actualicé a conciencia. Aunque las clases de portuñol, francés de croissant y alemán salchichero no quedaron al margen. Toda una torre de Babel europea, ¡hasta gaélico irlandés, húngaro, servo-croata, noruego, sueco, castellano, neerlandes y catalán se escuchaba! Menos mal que para poner un poco de orden lingüístico estaba el euskara, lengua primigenia europea, aunque sólo Virginia me hacia caso cuando lo hablaba (lo intentécon el inglés pero no creo que las miradas fijas, curiosas e interesadas fuesen por que les incentivase mi charla; más parecían de alucine por ese extraño lenguaje que pretendía ser un acercamiento a una comunicación oral).
En fin, cuestiones idiomáticas aparte, este cuarto encuentro podríamos definirlo como de asentamiento de un proyecto de movimiento narrativo oral a nivel europeo. Después de desarrollarse distintos movimientos en distintos lugares del continente, era una cuestión de tiempo poner en marcha una coordinación de las distintas realidades para poder desarrollar proyectos en común, al tiempo que se impulsa el conocimiento y relación entre narradores ynarradoras a pesar de las fronteras.
Aún siendo las dinámicas de las distintas asociaciones que se agrupan en el FEST muy distintas a veces, la necesidad de buscar camino comunes ante los retos a los que actualmente se enfrenta la narración oral europea, sirven de acicate para el trabajo en conjunto.



En Toledo, además de la cuestión de los estatutos, se organizaron grupos de trabajo, debate e intercambio de informaciones, que ayudaron a dar una imagen, aunque ocasional, de la situación narrativa europea. La cuestión del multilingüismo, el repertorio o los festivales se trataron en grupos, compartiendo experiencias que ayudan a hacernos una idea más amplia, ecléctica, pero al mismo tiempo común sobre ladiversidad de las propuestas narrativas orales.
Asimismo muy interesante (quizás lo más interesante, sin desmerecer el resto) fue el trabajo que se realizó en grupos para hacer una propuesta de narración. Durante dos días diversos grupos prepararon una historia para presentarla después en un teatro toledano. El proceso de trabajo, entre narradores y narradoras con estilos e idiomas bien diferentes, fue verdaderamente enriquecedor, y la puesta en escena final en el teatro algo maravilloso (salvando, claro está, el detalle de que era algo improvisado).
Después una pequeña fiesta en los jardines del albergue (¡maravilloso castillo!), tras dejar temblando una tienda de avituallamiento botellonero, regentado por una pareja de procedencia asiática, sirvió para ir conociéndonos más y olvidar las fronteras lingüísticas para comunicarnos con un idioma común: el "verghilhiskigintobirrarrrjjticdelcopón".
El último día se renovaron las personas encargadas de coordinar el FEST y se clausuró el encuentro, convocándonos el año que viene en Bélgica. Pero para no aburrirnos en este tiempo la húngara Csenge Zalka (¡y dicen que el euskara es complicado!) propuso el proyecto Grimm, que consiste en... Bueno de eso hablaremos otro día, ya que la mayoría de la gente salimos hacia Guadalajara a celebrar el 20 aniversario del Maratón de Cuentos, de la mejor manera posible, participando en él. Pero eso ya es otra historia.







terça-feira, junho 28, 2011

El Sol danzante

"Andar saltando hogueras es cosa de crios, para celebrar de verdad el día de San Juan lo que hay que hacer es ver slir al Sol bailando". No me extrañó el comentario del colega, ya que es uno de esos que pretende ser el más original de los originales. Pero algo de razón no le faltaba, ya que según la tradición vasca en la mañana del día de San Juan el Sol surge danzando. ¿Por qué sale ese día bailando? Para entender eso tendremos que tenerinteriorizada una visión mágica, religiosa quizás, fantástica diría yo, del mundo y de la existencia humana. Lo mismopara entender esta otra creencia. Dicen que en Nabarniz, un pequeño pueblo de Bizkaia, en el lugar conocido como Maruelexa, en la colina Gaztainatxu, la mañana de San Juan surge una caldera, y que en el lugar donde surge no vuelve a crecer el helecho. ¿Cual es la razón de la existencia de estas creencias?

La noche de San Juan es el alegre anuncio del verano. El día deSan Juan nos coloca ante la felicidad vital. Se baila alrededor de los árboles levantados en las plazas; se encienden hogueras; se atraviesa el fuego entre deseables deseos; se purifican los cuerpos en pozos de aguas cristalinas. Y se ve surgir el Sol danzante.

En este mundo de la racionalidad y la hiper-lógica, las gentes humanas necesitamos de un sentido mágico de la existencia; reivindicar la fantasía en la vida, para reivindicar la vida misma. Los narradores, las narradoras necesitamos adentrarnos en esos caminos de la existencia humana, para buscar el sentido de los cuentos y de la narración misma; de lo contrario utilizaremos sonidos huecos, discursos arrítmicos, no bailaremos con las palabras.

Mi colega no ha conseguido ver bailar al Sol, quizás porque no ha entendido que el simple mirar al horizonte no es suficiente.


Publicado originalmente en euskara en el diario GARA

sexta-feira, junho 17, 2011

Veinte años tiene mi amor






No conozco ni la mitad, pero estoy seguro que el Maratón de Cuentos de Guadalajara es uno de los eventos narrativos orales más importantes de Europa. Este festival dinamizador esencial de la narración en la Península Ibérica, ha cumplido este año veinte años, celebrándolos con, seguramente, la edición más interesante, completa y diversa hasta ahora. Quizás entre las novedades haya que destacar, por su espectacularidad, el descubrir a través de los cuentos espacios arquitectónicos nuevos, por lo menos para los foráneos. Conocer esos espacios con el pretexto de los cuentos hace que se enraícen de otra manera en la memoria.

Cada año, también, descubrimos, algunos, un narrador nuevo, por lo menos, que nos impactaron sus palabras. Este año gozamos con el arte de Eraclio Cepeda, narrador y escritor, llegado desde Chiapas, para contarnos casi sin contar, sin querer, atrapándonos con sus palabras sin que nos diésemos cuenta, como quien escucha a alguien al borde de la mesa donde tomamos cerveza. Sin artificios, con la palabra desnuda nos introduce en ese mundo que viene a relatarnos. Un camino que los narradores actuales deberíamos tener más en cuenta, la simplicidad compleja de la palabra dicha. Desnudar la narración para llegar a la esencia del relato contado a viva voz. La manera de decir, de decir a alguien. Tenemos una tendencia a rellenar, a disfrazar, a decorar demasiado, a esconder el relato, la manera de relatar, esconder las palabras tras artificios escénicos, olvidando en ese camino, la razón misma de contar a alguien algo. La narración desnuda de Eraclio Cepeda nos transporta a esas raíces.

Por supuesto, hubo más narradores y narradoras que nos deleitaron con sus cuentos, conocidos y desconocidos, por mí, claro, ofreciendo sus historias con propuestas diferentes. Este año, además, el Maratón contó con la visita y participación de los asistentes al IV encuentro de asociaciones europeas de narración oral FEST, celebrado en Toledo. Desde el congreso europeo celebrado en 2001, no se habían visto tantos narradores europeos ofreciendo retazos de sus propuestas narrativas. Una estupenda oportunidad para tomar el pulso a la narración europea. Pudimos comprobar que el movimiento de la narración oral va dando pasos para coordinarse y llevar a cabo propuestas conjuntas que busquen impulsar la narración oral en el continente.

Pero todas estas experiencias no serían posibles sin el inmenso esfuerzo desinteresado que el Seminario de Literatura infantil y Juvenil de la Biblioteca de Guadalajara, junto con los trabajadores de la biblioteca y decenas de voluntarios lleva a cabo. Doscientos cincuenta voluntarios trabajando día y noche para que el maratón exista es algo digno de mencionar y resaltar. Pensamos muchas veces que el movimiento de narración oral es integrado únicamente por aquellas personas que nos dedicamos a este arte, pero eso no sería justo. Cientos de personas en cientos de lugares se afanan por que la narración oral, de una u otra manera tenga presencia allí donde se encuentran,para que los narradores y

narradoras podamos mostrar nuestras propuestas. Cantidad de personas se interesan por la investigación de este arte, desde distintos campos de trabajo. El indispensable el agradecimiento y reconocimiento hacia esas personas, reconociéndoles parte de ese movimiento heterogéneo que se desenvuelve en el territorio de la narración oral. Aunque, es verdad, no deberíamos confundir esto con el hecho mismo de narrar desde una perspectiva artística y creadora. Cada cual tendrá su desarrollo, pero también su importancia. En Guadalajara, seguramente más que en ningún otro lugar, podemos apreciar y admirar este hecho. Sin todas esas gentes amigas y aficionadas a la narración, los narradores y narradoras profesionales lo tendríamos mucho más difícil. No disfrutaríamos de un escaparate y un lugar de encuentro tan maravilloso con el Maratón.

Han pasado veinte años desde que dieron comienzo al Maratón de Cuentos de Guadalajara, veinte años de impulsar, animar y fortalecer la narración oral. Al principio no eran más que cuatro gatos, pero gracias a la ilusión y al trabajo bien hecho hoy en día podemos disfrutar de una gran fiesta cuentera. Regalarles nuestros cuentos es el mejor homenaje que podemos hacerles.











terça-feira, junho 14, 2011

El viaje del búho

Estábamos en las labores de organización de la segunda fiesta de los narradores y narradoras vascas en Aramaio (pequeño pueblo alavés), cuando supimos que dos mujeres del pueblo habían hecho un trabajo de recopilación de cuentos en la localidad. Pensamos que sería una buena oportunidad para dar comienzo a la fiesta. Arantza Ozaeta y Divina Arriolabengoa habían visitado los caseríos, las casas recogiendo cuentos, un trabajo maravilloso además de necesario. Uno de esos cuentos se publicó en una recopilación de cuentos tradicionales del valle. En cuanto vi el título del cuento lo reconocí, aunque no lo había escuchado ni leído nunca; yo sabía ese cuento. El cuento se titulaba “Porque los búhos viven de noche”. ¡Dios mío! Yo conocía dos versiones, una china y otra americana, pero en estas, el protagonista era el murciélago. Es más, más de una vez había contado esa historia. Y ahora me sorprendía una nueva versión, tan cerca de casa.

En este mundo de la rapidez informativa, es maravilloso imaginar los viajes de los cuentos a lo largo del tiempo y los lugares. Viajes a través de países, continentes y gentes, en los que han ido enriqueciéndose de experiencias, cambiando, adaptándose, reviviendo. Hoy en día ensalzamos el hecho de que la información atraviese el mundo en un segundo; pero esa información carece de experiencia, no se ha empapado de tan largo viaje, no contiene la riqueza de esa experiencia. Los cuentos han viajado en las bocas de las gentes, y han crecido con un trozo de esas gentes. Llevan dentro de sí la vivencia de la lentitud, y eso les da fuerza. Desde China a Latinoamérica, pasando por Euskal Herria, o al contrario, el búho, o el murciélago, reflejan el continuo viajar humano. Al contar un cuento traemos los sonidos de las palabras migrantes. Sin fronteras.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA:http://www.gara.net/paperezkoa/20110614/272528/eu/Hontzarena

quarta-feira, junho 01, 2011

Um Porto de Contos fadista

Um Porto de Contos


Los festivales de cuentos no son simplemente una lista de actuaciones. Para los narradores por lo menos. Son también encuentros, y oportunidades de conocimiento mutuo. La narración oral necesita los festivales, ya que necesita darse a conocer. Esta actividad creativa empujada a los márgenes de las políticas culturales, todavía necesita, casi casi, pedir permiso para salir a escena. Pero, por encima de las zarzas y por debajo de las nubes, los festivales de cuentos se extienden, y los que tienen ya un recorrido triunfan, sobre todo por el reconocimiento del público.
Y así llegamos a Oporto. El último fin de semana de mayo se celebró Um Porto de Contos, un festival recién nacido, señal de que en Portugal el movimiento de narración oral crece. Este festival, nacido del impulso de Clara Haddad, narradora brasileña afincada en Oporto, llega para dinamizar la narración en el norte de Portugal. Con escasas ayudas, pero con inmensa ilusión, Clara ha conseguido reunir en torno este proyecto un grupo de personas muy dinámicas, que van desde narradoras hasta aficionados a la narración. Las programaciones de cuentos y talleres iniciadas hace tres años en el café Tertulia Castelense y la librería Salta Folinhas, son el embrión de Um Porto de Contos, lugares a tener en cuenta en el impulso "narrativo" en el norte de Portugal.
En los dos días que duró el festival narradores y narradoras venidos de distintos lugares ofrecieron sus espectáculos: Paula Carballeira, desde Galiza; Waki César Villegas, desde Perú; Joxemari Carrere, desde Euskal Herria; Clara Haddad, Antonio Fontinha, Ana Caridade, Estorias do Chapeau desde Portugal. Junto a las actuaciones, no fue desdeñable el mismo encuentro en sí: el intercambio de informaciones, el conocimiento mutuo, la relación entre narradores y aficionados al cuento.
En general, podemos decir que con este festival la narración oral en Portugal da un paso más cara a afianzarse en el país, formando con el ya asentado y exitoso Palavras Andarilhas de Beja, la columna vertebral del movimiento narrativo portugués.

Y lo más importante, nos lo pasamos maravillosamente! Regresaremos, con mucho gusto.

.

terça-feira, maio 17, 2011

Calabazas iluminadas

“Nosotros las poníamos en la carretera vieja de Alegia. Agarrábamos una calabaza, entonces crecían en cualquier sitio, la vaciábamos, y con un cuchillo hacíamos una calavera y metíamos una vela dentro. Después la colocábamos al lado del camino al anochecer. Entonces pasaba un coche muy de vez en cuando, hacia Madrid, y algunos camiones. Cuando veían aquella luz se asustaban, ya que todo estaba a oscuras. Y nosotros nos reíamos cuando paraban. Así pasábamos el tiempo entonces, ya que no había mucho más”.

Nuestro padre hizo el comentario en la sobremesa, al hilo de un relato que encontré en el libro “Euskal mitologiaz. Jentilak eta kristauak” (Sobre mitología vasca. Gentiles y cristianos) de Anuntxi Arana. “Duny –Pétré escribió cómo hacían Basajaunes en Garazi [Saint Jean Pied de Port]: vaciar una calabaza, poner dentro una vela encendida y por la noche colocarla a la vera de un camino, para reírse de cualquier miedoso que pasase por allí”. Una vez le escuché a la madre que hacían algo parecido con las calabazas, de pequeñas, en su barrio de Gaztaino, en Errenteria.

Hablamos muchas veces sobre la importancia de la transmisión lingüística, la lamentable pérdida que supone el romper la cadena del idioma. En cambio, en contadas ocasiones hablamos de la transmisión imaginaria; sobre el problema de dejar perder el mundo fantástico que generación tras generación ha construido una cultura, que nos arrastra a una homogenización cultural lamentable y, sobre todo, aburrida. Hoy en día es el mercado el transmisor de la fantasía, de una fantasía enlatada, de forma maravillosa en apariencia, pero que sustituye y niega la socialización cultural por propia iniciativa de la sociedad.

Ante ello, quizás, el primer paso sea preguntar, a nuestros padres, abuelos…; a qué jugaban, qué escuchaban, qué contaban; para saber. No con nostalgia del pasado, sino con esperanza de futuro.


Publicada originalmente en euskara en el periódico GARA:

http://www.gara.net/paperezkoa/20110517/266803/eu/Kalabaza-argidunak

Um Porto de Contos

terça-feira, maio 03, 2011

La maquina de hacer viento

Una amiga narradora me contó una anécdota maravillosa. Una tarde se acercó a una biblioteca ya que tenía allí mismo una sesión de cuentos, pero se quedó extrañada al no ver más que una niña. La niña tendría unos 6 o 7 años y estaba sentada en la primera fila, esperando los cuentos. La amiga no sabía muy bien qué hacer y se acercó a la niña a decirle que seguramente tendrían que suspender la sesión. Entonces la muchachita le dijo, firmemente: “Yo no he venido a escuchar cuentos, he venido a escuchar la historia de La casa de la máquina que crea los vientos”. La amiga estaba verdaderamente extrañada y le contestó que ella no sabía ese cuento. “Sí, -le contestó la niña, segura de sí misma-, tienes que saberla. Tu sabes historias y tienes que contarme esa, ya que de lo contrario mis amigos no creerán que esa casa existe, y pensaran que soy una mentirosa”. Y mientras esto le decía miraba a la narradora firmemente a los ojos., esperando la narración. “¿Y tú qué hiciste?”, le pregunté a la amiga. “Le conté la historia, claro; no iba a dejar que sus amigos pensasen que era una mentirosa”.

Contar cuentos e historias no es una actividad ligera; no es simplemente un pasatiempo. Una sesión de cuentos, no es una línea abandonada en una programación cultural; el narrador no es un cuidador de niños. Contar cuentos es dar salida a esas preguntas que desde la infancia a la senectud hacen su nido en nosotros, para que no vivamos en una gran mentira. Y eso es muy importante.

La relación entre la narradora y quien escucha va más allá de las palabras. Pero, ahora, quizás querréis saber qué historia le contó mi amiga narradora a la niña. Para eso tendréis que asistir a una de sus sesiones. O preguntarle a la niña.


Originalmente publicado en euskara en el diario GARAhttp://www.gara.net/paperezkoa/20110503/263628/eu/Haizearen-makina

terça-feira, abril 19, 2011

Que somos y no somos

Un amigo vivió un suceso extraño. Como iba a casarse en el extranjero tuvo que formalizar unos papeles en la embajada española; su sorpresa fue extrema cuando le comunicaron que no existía. No podía creerlo, asaltado, de repente, por las dudas de su propia existencia. Nacido fuera de España, en el exilio de su familia republicana, parece ser que no existía registro alguno de su llegada al mundo. Pero él estaba allí, en carne y huesos, delante de aquel funcionario. Y este se dirigía con él. No era, pero estaba. Tenía nombre y lo nombraban. Parece ser que el exilio lo condenó a la inexistencia.

El escritor vasco Marc Legasse imaginó una linda metáfora con los contrabandistas y Euskal Herria, en su obra “Los contrabandistas de Ilargi Zaharra”. Los contrabandistas, como Euskal Herria, son pero no existen; transitan bajo la luz de ilargi zaharra, la luna llena, en un mundo sin fronteras. Condenados a la inexistencia, caminan por senderos ocultos conscientes de su propia presencia. Como las brujas. Unos hombres discutían en un bar sobre la existencia de las brujas. Uno de ellos regresaba a casa echada la noche, cuando se le aparecieron las brujas en el camino. Y se lo dejaron claro: “¡Que no somos pero somos, aquí estamos ciento cincuenta y cinco!”. Y una tras otra le fueron golpeando. Al amanecer lo encontraron ahorcado colgando de un árbol.

Del mismo modo los narradores y narradoras extienden, a la luz de la luna llena, los nombres de lo que existe. Viajan a través de las palabras. Y con ellas. Eduardo Galeano escribió que “quien sabe contar cuenta sabiendo que el nombre es la cosa que el nombre nombra”. Y aun habiendo muchos narradores, narradoras, es difícil conocer sus nombres. Como ese amigo inexistente, al narrador, a la narradora le ocurre que tiene que reivindicar su existencia, su nombre.

segunda-feira, março 21, 2011

Cuento-Poteo

Inmejorable el comienzo de este año del Festival Internacional de Narración Oral Ahoz-Aho, que se celebra en los pueblos gipuzkoanos de Tolosa y Ordizia. A los organizadores, la agrupación de activistas culturales Asvinenea y el grupo alicantino La Caratula, se les ocurrió la idea de comenzar

el festival con un Cuento-Poteo por las calles y bares de Ordizia. En este punto convendría explicar en qué consiste el poteo. El poteo es ir tomando potes en cuadrilla por los bares. El pote se le llama al trago que se consume en el bar, un vaso de vino, de media cerveza (zurito), txakolin…, o lo que le apetezca a cada cual. Deben de ser tragos cortos, ya que se cambia de bar continuamente. Se realiza, normalmente por la tarde antes de cenar, y también al mediodía. Para hacer más “viable” el poteo están los pinchos, pequeños bocados expuestos en la barra de los bares. Durante el poteo las cuadrillas charlan tanto en los bares como en el

camino entre ellos, intercambiando informaciones diversas, haciendo comentarios sobre distintos temas, a veces tranquilos, a veces “calientes”. No es raro que en los bares se produzca cierta interacción entre distintas cuadrillas que coinciden en ellos, socializando los comentarios, muchas veces jocosos. Aún no siendo una explicación demasiado antropológica de esta costumbre, espero que el lector o lectora se haga una pequeña idea del hecho. El cuento-poteo, se plantea inmerso en este ambiente.

Al llegar a Ordizia, pudimos obesevar, gratamente, la decoración expuesta en la fachada de lacasa de cultura Barrena, donde coloridas calabazas gigantes de distintos tamaños se disponían por doquier, visualizando así el lema del festival de este año: “Hala Bazan…. Este lema hace referencia al final más conocido y extendido de los cuentos vascos que reza (con una traducción aproximada): “Si fue así o no lo fue, que se meta en la calabaza (el cuento), y aparezca en la plaza de… (aquí se menciona al pueblo que se desee)Ordizia”. Una buena idea que nos lleva directamente por el camino de los cuentos. Una vez reunidos en el bar donde estaba pensado comenzar el acto lúdico-narrativo, el narrador bizkaino Doro Zobaran (que un par de horas antes presentó su espectáculo infantil) agarró su guitarra e invitó a todos a acompañarle cantando uniéndose Txefo, componente junto con Anduriña de la pareja “narrativa” Badut, con su charango. A partir de aquí los cuentos y los cantos acompañaron a las gentes que poteaban de bar en bar, de calle en calle. Los cuentos de Doro, Anduriña y Txefo, Irantzu Mantxo y el que esto subscribe, fueron surgiendo a pie de calle, encima de una silla, entre las gentes que compartían la barra del bar. Alprincipio podían verse caras de extrañeza, sin lograr entender lo que ocurría, pero enseguida las sonrisas

y comentarios se adueñaron, siquiera por un momento, del ambiente tabernero, logrando competir exitosamente con el partido televisado. Al cabo de dos horas finalizó el cuento-poteo, eso sí cantando y contando.

Una experiencia hermosa digna de repetirse tanto en Ordizia como en otros lugares,conscientes de las

dificultades, por supuesto, que conlleva contar en este tipo de ambiente. El contar cuentos durante el poteo es una suerte de reivindicación de la palabra dicha en un espacio cada vez más ocupado por la música que surge de altavoces por encima del volumen de la voz humana, por retransmisiones deportivas televisadas que apagan otro tipo de transmisiones vocales. Las tabernas no son solamente lugares donde se bebe, son lugares de encuentros de gentes, quizás principalmente eso, donde se desarrollan e intercambian informaciones, relatos, anécdotas, amores, discusiones, confidencias… Son lugares en los que compartimos, espacios vivos en los que se socializan las relaciones humanas, positivas y, cómo no, negativas también. Llevar el cuento narrado a estos espacios, no como una actuación al uso o presentación de un espectáculo, sino integrado en ese ir y venir de gentes, contribuye a hacer de la palabra protagonista de nuestras relaciones, y, al mismo tiempo, llevar la imaginación y la fantasía a una actividad, aparentemente intranscendental, más o menos cotidiana y alejada de lo que llamaríamos circuitos culturales. Puede ser, también, una manera de conjurar la realidad a través de los relatos contados, alejándonos del pensamiento uniformado y proponiendo un pensamiento basado en la interlocución y la reflexión.

Por todo ello, y quizás más, la apuesta por organizar el cuento-poteo es digna de mención y, además nos lo pasamos estupendamente, esperando que se repita. Un interesante y bello comienzo para el Festival Ahoz-Aho y no cabe sino agradecer tanto a los organizadores del evento como a los ayuntamientos de Ordizia y Tolosa el poder llevarlo a cabo, no sólo este acto sino el festival en su conjunto.

Y si así fue, o no fue, que entre en la calabaza y salga en…