terça-feira, janeiro 17, 2017

Mujeres

La idea para una sesión de cuentos te atrapa por sorpresa muchas veces. Aunque seguramente ya hay alguna idea anterior que ronda en la cabeza, no encuentra el camino deseado. Así andaba yo hace bastantes años. Todavía neófito en este mundo de la narración oral andaba sin saber muy bien por dónde encaminar las ideas ni cómo expresarlas; queriendo huir de estereotipos, queriendo traer a la narración mis reflexiones y preocupaciones. Y todavía así continuo. Tenía entonces una confusión de ideas sin poder darles salida ni concretarlas en una sesión narrativa. Teniendo todo eso cociéndose en la cabeza, llegó a mis manos el recién publicado libro de Angela Carter, Caperucitas cenicientas y marisabidillas, una recopilación de cuentos tradicionales de culturas de todo el mundo donde las protagonistas eran mujeres. Una recopilación maravillosa.  Fue comenzar a leerlo y encenderse la bombilla. El espectáculo giraría en torno a la aparición de mujeres en los cuentos tradicionales (copiando siempre, como todo narrador que se precie). Me atraía la idea de reflexionar sobre la cuestión a través de la narración de esas historias. Comenzando con el mencionado libro e indagando por otras muchas recopilaciones pude, al fín, presentar el que sería mi segundo espectáculo de narración oral, Carne de lengua.
Con el comienzo del año una mujer ha sido asesinada por un hombre. Otra más. Una suerte de genocidio no reconocido. ¿Cuándo comenzó? ¿En qué momento de la historia? En todas las culturas del mundo hay cuentos en los que aparece el tema: mujeres asesinadas, violadas, comidas… ¿Es posible hacer un espectáculo de narración con esto? ¿Es legítimo? Es una idea que hace tiempo ronda en mi cabeza. Ha llegado a mis manos Cuentos de hadas la última edición en castellano de la recopilación de cuentos de Angela Carter, con los cuentos de la anterior edición y algunos más. Hay mucho para contar.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA