quinta-feira, outubro 27, 2016

FO

Es una discusión recurrente entre narradores. ¿La narración oral es literatura o teatro? ¿Es, quizás, una mezcla de los dos? ¿O, simplemente, es una actividad creativa con personalidad propia? Como ocurre muchas veces, tal discusión es lo más parecido a un remolino sin salida. Yo, si queréis saberlo, considero a la narración oral como un arte escénico, con una identidad propia, aunque tenga influencia de la literatura, pero, sobre todo, con una gran relación con el teatro. La narración oral es una actividad artística que ocurre en directo, una vez escenificada no volverá a representarse del mismo modo, tal y como ocurre en el teatro. La comunicación corporal, los movimientos, los gestos, la voz..., en muchas ocasiones tienen más fuerza que la palabra misma, siendo el cuerpo quien dirigirá la palabra. En opinión de muchos, ocurre al contrario. Y de esta manera, entramos una vez más en el remolino.
Pero al ver a Dario Fo en escena, presentando alguno de los monólogos del Misterio Buffo, me aferro más a mi idea. El narrador en escena, contando un relato maravilloso, los personajes en danza, construyéndolos en el aire. No necesitas entender el italiano para seguir la narración, para reir con ella, para encandilarte. Es el bufón, narrador y actor en el mismo cuerpo.
Mucho tenemos que aprender los narradores del bufón, de Darío Fo. Contar una historia nomes solamente ensalzar la belleza de la palabra dicha. Contar historias es danzar el cuerpo, haciendo uno la voz, los gestos, los movimientos. Demostrar que el mundo se puede cambiar.