terça-feira, agosto 15, 2017

RECUERDOS

Estando en Markina- Xemein (Bizkaia) haciendo tiempo antes de una sesión de narración, entro en un bar a tomar algo, y el joven camarero : “Tú viniste a mi clase a contar cuentos”. Habían pasado unos años ya de eso, pero el joven todavía retenía en su memoria uno de los cuentos que conté. “Una chica aparece en una curva, o algo así, no recuerdo bien el cuento, pero se me quedó en la memoria, no sé por qué”. Si recordaba esa historia, les habría contado leyendas urbanas seguramente, es muy conocida en todo el mundo esa leyenda. Un hombre que conduce por la carretera, recoge a un chica que hace auto-stop. Mientras sube por la carretera, la chica le avisa que tenga cuidado en una curva cerrada. cuando pasa la curva, la chica ha desaparecido. Camino de Markina subo el puerto de Itziar y al pasar por una de las curvas me viene a la memoria dicha leyenda, que en algunas versiones la localizas ahí justamente. Y justo una hora después este joven me la recuerda mientras me sirve una cerveza.

Muchas veces pienso en qué huella habrán dejado mis relatos en la mente de los asistentes a mis sesiones. ¿Habrán llevado consigo un cuento siquiera? ¿Y por qué ese cuento? El joven tabernero no recordaba bien la historia, ni sabía por qué la guardaba en la memoria desde la adolescencia. Es curioso como nuestra cerebro almacena los recuerdos. Y más curioso aun, que habiendo recordado yo mismo esa historia de camino a Markina, alguien me la recuerde poco después. Una conexión fantástica. Cómo no amar la narración oral.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA.