quarta-feira, abril 04, 2007

Cada condón tiene una historia


CADA CONDÓN TIENE SU HISTORIA, O, CUENTOS PARA PRESERVAR LA ANSIEDAD HUMANA.



Había una vez un joven que tenía una caja al lado de su cama. Esta caja era una de las cosas más preciadas de su vida, ya que era una caja mágica. Era una caja mágica porque dentro de ella dormían historias; historias que esperaban el día en que salir a la vida. Era una caja mágica porque dentro era la caja de condones. Y cada condón guarda dentro de si una historia. Era por ello que la cuidaba como nada en el mundo. Esperaba ansioso el día, o la noche en la que uno de esos condones le descubriese la historia que guardaba. Había historias pasionales, dulces, veloces, pausadas... Historias humanas. Y llegó la ocasión tan esperada. Cogió entre sus manos la preciada caja, retiró lentamente la tapa y...

La idea de contar historias, cuentos con condones vino de una propuesta del grupo anti-SIDA de mi pueblo, Errenteria. Con ocasión del día mundial anti-SIDA me propusieron contar cuentos en referencia al tema. Querían llamar la atención sobre la utilización del preservativo en las relaciones. Después de darle algunas vueltas al tema ( justo hasta el borde del mareo) se me ocurrió que la mejor manera de contar con condones sería que cada condón contase su historia, porque la historia de un preservativo es la historia de una relación, de una pasión, de algo que puede llegar a ser maravilloso, como los cuentos. En realidad pretendo es jugar con nuestros relatos interiores, que pueden ser maravillosos, como las vidas. Todos tenemos una caja mágica esperándonos. ¿Cuándo diablos la podremos abrir

Critica actuación en Madrid

15-V-02 - TODO LO QUE SE NOMBRA EXISTE: (Los vascos en el país de las maravillas) La nieta pregunta al abuelo si lo que ocurre en el cuento que acaba de contarle es verdad o es mentira. El abuelo mira a la nieta, respira profundamente, y le contesta: 'Todo lo que se nombra existe' . Y, entonces, la nieta con los ojos y la mente abiertos, entra en el mundo de los sueños, donde los tiempos, y las distancias, y los lugares, son indefinidos, pero no indiferentes. 'Todo lo que se nombra existe' es un espectáculo de cuentos vascos traídos de la rica tradición oral. Cuentos que el imaginario pueblo vasco ha inventado, adaptado, heredado generación tras generación, creando un mundo maravilloso donde el tiempo y el espacio aparecen en una dimensión fantástica; siendo la fantasía una manera de conjurar la realidad. ¿Y qué mejor que la imaginación para entender, transformar la realidad? Cuentos de antaño para personas de hogaño. Para adentrarnos a traves de los cuentos en el mundo maravilloso de los vascos. En el mundo maravilloso de las personas. ' Entonces, yo estaba allí ' - Texto de Joxe Mari Karrere.
El mismo día que el señor Futbol campaba a sus anchas por toda Aspaña, Josemari Carrere, con su 'Misery Tour', nos contaba sus historias vascas y no tan vascas a la gente que decidimos optar por estar en el Grito. El hombre desgranó sus cuentos, haciendo un gran alarde de interpretación. Habiendo momentos que parte del público echo lagrimas de la risa y el descojone. Historias sobre la creación, la biblia, como buscarse la vida, de pareja y ligoteo, incluido siempre el condón, que siempre hay que llevarlo, pa por si acaso. En resumen, un humor muy original, a veces también muy "vasco", y en todo momento, interpretado de una manera soberbia

Espectáculo cuentos vascos

Todo lo que se nombra existe

Los vascos en el País de las Maravillas

La nieta pregunta al abuelo si lo que ocurre en el cuento que acaba de contarle es verdad o mentira. El abuelo mira a la nieta, respira profundamente, y le contesta: “Todo lo que tiene nombre existe”. Y, entonces, la nieta, con los ojos y la mente abiertos, entra en el mundo de los sueños, donde las distancias, y los lugares, son indefinidos, pero indiferentes.

“Todo lo que se nombra existe” es un espectáculo de cuentos vascos traídos de la rica tradición oral. Cuentos que el imaginario vasco ha inventado, adaptado, heredado, generación tras generación, creando un mundo maravilloso donde todo es posible, donde el espacio y el tiempo aparecen en una dimensión fantástica; siendo la fantasía la mejor manera de conjurar la realidad. ¿Y qué mejor que la imaginación para entender, transformar esa realidad? Cuentos de antaño para personas de hogaño. Para adentrarnos, a través de los cuentos, en el mundo maravilloso de los vascos. En el mundo maravilloso de las personas.

Lu cuntu nun metti tempu

Lu cuntu nun metti tempu

Joxemari carrere zabala

La relación entre la oralidad y la literatura últimamente está siendo objeto de una nueva revisión. ¿Quién influye a quién? ¿Es posible un equilibrio entre las dos? ¿La cultura escrita de un idioma es más elevada que la oral? Los cuentos, las canciones, el teatro popular, los romances, son ricos exponentes de una cultura popular que parece que suscita un interés creciente.

En el número de la revista literaria Maiatz dedicado a las 16 jornadas de literatura encontramos una interesante colaboración del cantante y escritor Eñaut Etxamendi en la cual nos habla de sus influencias literarias. En el artículo “Ahozko literaturatik idatzira” (De la literatura oral a la escrita) nos revela las enseñanzas recogidas desde la oralidad. Las canciones, las toberas (expresión de teatro popular vasco), las palabras sagradas, los ritos, los cuentos son en su opinión expresiones literarias. En relación a la cultura en la cual se ha criado nos cuenta que “ para la gente que vive en esa cultura, ¿qué es la verdad? La palabra. La palabra es la verdadera verdad! (...) Quiere decirse que la plasmación de la realidad es la palabra, y esa palabra es la realidad”. Joxe Arratibel es un monje agustino nacido en Ataun, en el centro de Gipuzkoa. Recordando cuentos oídos en su niñez escribió el libro “Kontu zaharrak” (Cuentos populares) y en la entrevista que sirve de prólogo al libro, realizada por Miel Anjel Elustondo, nos relata el mundo en el cual se contaban aquellos cuentos. Nos habla de realidad como una realidad que ha cambiado con el cambio de la percepción de la verdad. “Los niños de ahora no sienten el miedo que sentíamos nosotros, no conocen la oscuridad”. Al hablar del hecho literario nos cuenta que prefiere contar los cuentos a escribirlos, ya que se le hace más fácil. “Eso es más fácil. Si alguien no entiende, siempre puede preguntar. Y la manera de decir siempre expresa más que lo escrito; sobre todo en las cosas poco importantes”. Bernardo Atxaga es un escritor bastante interesado en el mundo de la cultura oral. En la introducción que hace del libro “Cuentos populares vascos”, recopilación hecha por Koldo Biguri y Lurdes Auzmendi, escribe sobre la importancia de la cultura popular en la literatura. En opinión del escritor de Asteasu “la beneficiosa sombra de la cultura popular jamás falta en la obra literaria, es decir escrita. No se trata, pues, de las “expresiones toscas” que algunos suelen mentar con un pellizco de desprecio, ni de la “ingenua hermana menor” de la familia, habitante de alguna periferia social o lingüística, sino de una corriente sustancial de la tradición literaria”. En el mismo texto nos llama la atención sobre la influencia creadora ejercida en grandes escritores de la historia de la literatura por los cuentos y personajes enraizados en esa cultura popular.

Esta relación de las expresiones orales de la cultura popular con la literatura está suscitando un nuevo interés tanto entre creadores como investigadores. Es continua la preocupación por la falta de atractivo que tiene la lectura entre la juventud, pero al mismo tiempo es pareja la preocupación por el empobrecimiento del lenguaje entre estos mismos jóvenes. Se menciona la falta de recursos narrativos a al hora de hablar que presentan la nuevas generaciones; y de aquí una de las razones por investigar la relación entre la lectura y el habla. Aunque podríamos decir que este problema no se circunscribe solamente al mundo joven, sino que entre los adultos se puede observar esta problemática. La influencia de los medios de comunicación se suele mencionar como parte del problema; y es, quizás, esta una de las razones por la cual se organizan cada vez más sesiones de cuentos. Es en las bibliotecas y en la escuela donde, sobre todo, se organizan este tipo de actos, con la pretensión de que la literatura llegue por los oídos, favoreciendo de esta forma un más fácil acercamiento a la literatura escrita. Junto con esta proliferación de sesiones narrativas en la librerías también abundan cada vez más tanto libros de cuentos como ensayos e investigaciones sobre este hecho. Pero, ¿qué interés puede encontrar un escritor o un alumno en estas narraciones transmitidas oralmente durante generaciones? El escritor italiano Italo Calvino nos ofrece un respuesta interesante en su conferencia “Rapidez” integrada en el libro “Seis propuestas para el próximo milenio”. Si en la época de mi actividad literaria me atrajeron los folk-tales, los fayri-tales, no era por fidelidad a una tradición étnica ni por nostalgia de las lecturas infantiles, sino por interés estilístico y estructural, por la economía, el ritmo, la lógica esencial con que son narrados”. El que cuenta sabe que el éxito de su historia vendrá dado por la manera de contar, más que por la historia en sí misma. Esto suscitará tal interés en la persona que escucha que le hará interesarse por ese mundo que se recrea, que lo traslada en el tiempo y en el espacio. Italo Calvino lo supo vislumbrar. “El relato es una operación sobre la duración, un encantamiento que obra sobre el transcurrir del tiempo, contrayéndolo o dilatándolo. En Sicilia el que cuenta historias emplea una fórmula: “Lu cuntu nun metti tempu” (el cuento no lleva tiempo), cuando quiere saltar pasajes o indicar un intervalo de meses o años. La técnica de la narración oral en la tradición popular responde a criterios de funcionalidad: descuida los detalles que no sirven, pero insiste en las repeticiones”.

Etxamendi, Arratibel, Atxaga y Calvino nos hablan sobre la cultura del relato, de la escucha; de la riqueza de los cuentos, de las canciones. Pero sobre todo nos hablan de un mundo mágico, es decir, sobre el fenómeno de introducir a las personas, a través de las palabras dichas, en el terreno de la fantasía. Y la literatura nos lleva hacia viajes fantásticos. Quizás el supuesto desinterés de los jóvenes hacia la lectura viene motivado por este mundo tan lógico en el que habitamos. Si nos adentrásemos en los lugares fantásticos viviríamos un mundo más interesante, quizás.

Literatura y tradición (en catalán)

En aquell temps, algú ja hi era. Sobre la tradició heretada

Algú ja hi era i algú no hi va ser

Pel que sembla comencen així alguns contes a Azerbaitjan, abans d’introduir-nos en el territori de la fantasia on tot és possible. Doncs ja és tota una manera de començar, com en aquesta ocasió. Però, està tan lluny Azerbaitjan! Apropem-nos-hi una mica més. Comencem a la manera que ho fa Joseba a La del peix d’or.
«A l’antiguitat, quan el desitjar encara tenia valor...». Ves per on! Aquest principi apareix en alguns contes recollits pels germans Grimm a Alemanya. Bé, li perdonarem a Sarri el fet de copiar encara que sigui una mica, perquè de fet, qui no ha copiat alguna vegada? Per tant, hauríem de buscar un altre principi aquesta vegada. Ara sí, tenim a la punta dels dits un mateix principi preciós, que apareix en molts contes bascos:
«Com tants altres al món...»
Serà apropiat per al tema proposat en aquesta ocasió? Segurament no. Però és una manera de començar-la, també. ¿Com començar si no és parlant de la tradició heretada? I més encara amb els increïbles dubtes que em planteja el que es vol expressar amb el títol. Perquè, quan parlem de tradició literària, ¿des de quina perspectiva parlem, des de la dels qui pertanyen a una cultura? des de la dels investigadors? ¿Potser des de la interioritat de l’escriptor? És difícil captar totes les sensibilitats implicades, almenys per mi. Em miraré a mi mateix, i em preocuparé una mica de la tradició literària heretada per mi com a basc.
Més d’una vegada he sentit i llegit que si a Europa tenim biblioteques a Àfrica hi tenen la gent gran; és a dir, que els vells hi ocupen el lloc que aquí ocupen els llibres. Ells serien la memòria del poble. Ells serien els qui recorden i conten les històries creades i guardades a través del temps. La tradició literària a Àfrica es guarda a les veus dels vells. Això diuen. I no seré jo qui ho posi en dubte, perquè, de fet, conec la importància de l’oralitat a les cultures pròpies d’Àfrica. De tota manera, en afirmacions d’aquest tipus hi ha certa negació o desconeixement, o potser, una preocupant tendència a la generalització.
Amb aquesta afirmació es diu, entre d’altres coses, que les societats europees estan alfabetitzades, és a dir, que la majoria dels habitants, amb certes excepcions, tenen la competència de llegir i escriure; que a Àfrica, en canvi, són analfabets en gran mesura, en els seus idiomes materns almenys, i que per tant la seva transmissió literària i cultural es fa oralment. Presa així seria difícil posar-la en dubte, però em vénen moltes preguntes, és a dir, ¿en quin idioma estan alfabetitzats els europeus? I per tant, ¿quines tradicions literàries s’han tendit a guardar a les biblioteques?
¿Potser només s’han guardat a les biblioteques els assoliments literaris dels europeus? ¿Ningú no ha reunit una biblioteca de la vella oralitat? ¿Quin tipus de literatura han pogut desenvolupar i transmetre les cultures a les quals se’ls ha negat l’escolarització, i per tant, l’alfabetització? Opina l’investigador David R. Olson que «per a desenvolupar-se una cultura escrita són imprescindibles les institucions que utilitzen textos: l’església, la cort, el govern, l’acadèmia i la família»; ¿potser han tingut aquesta oportunitat tots els habitants d’Europa? Cita Olson en aquest mateix article, que una tradició escrita, a part de fixar textos també els ha d’acumular. ¿Com crear llavors una cultura escrita si no es compleixen les condicions mínimes per a desenvolupar-la i si, a més, la majoria dels parlants són analfabets? Dit així, ¿podríem dir que els pobles condemnats a ser analfabets en la seva pròpia llengua no han desenvolupat una tradició literària?
Us contaré un passatge –almenys per a a mi molt bonic– que contava la nostra mare. En una època els bertso-paperak (impresos amb versos en basc) es venien al carrer. Hi apareixien versos coneguts o nous i, en el nostre poble, els venia un home a les portes del mercat. La mare ens contava que la nostra àvia li donava unes monedes per comprar aquells bertso-paperak. Havent dinat l’avi seia a la cuina i la meva mare li cantava aquells bertsos. Eren bertsos llargs, en ocasions la història tràgica o anguniosa d’una noia, a l’estil dels colobrots actuals. Manejava el castellà d’aquella manera, i, per descomptat, per al nostre avi analfabet, aquells bertsos ocupaven el lloc de la «literatura». Conta la meva mare que l’avi tancava els ulls, concentrat en la història que es cantava o contava. Al fil de la història escoltada, de tant en tant es feia ell mateix algun comentari.
Escoltant-ho nosaltres pensàvem que aquelles eren coses del passat. Però vist des d’avui dia, ens adonem que aquells esdeveniments, cants i històries eren «la biblioteca» que anàvem formant en la nostra llengua. Sortien de la veu i anaven entrant a les nostres oïdes. Però allò no tenia més que valor folklòric i «vernacle», i el que no ensenyaven a l’escola era el veritable tresor literari. Per tant, la tradició literària era la dels llibres. És curiós com es repeteix aquesta opinió sobre les creacions literàries emanades de l’oralitat, sigui quina sigui la llengua en qüestió.
¿No tindria, doncs, valor literari aquell moment que la meva mare li cantava els bertsos al meu avi? I ara no estic parlant de la qualitat d’aquells bertsos o del seu valor literari intrínsec, sinó de l’efecte que creava en el meu avi en aquell moment. Algú podrà dir que es tracta de restes d’un món en procés de desaparició, i segurament no li faltarà raó. Malauradament, la desaparició de la llengua va unida a la desaparició d’aquest món, i amb aquest món se’n van moltes coses, a part de la tradició. Camiño Nogueira es refereix a una cosa semblant parlant de les transformacions a la societat gallega. «A sociedade actual modelada coa cultura urbana, coas esixencias das novas tecnoloxias da comunicación [...], coas modernas formas de diversión paralizaron a difusión deste tipo de literatura, e hoxe podemos ver como de día en día as creacións literarias populares van desaparecendo da memoria colectiva.» L’investigador i compilador gallec ens planteja una problemàtica interessant, perquè, de fet, identificar amb edats passades la creació literària acumulada per una cultura al llarg del temps i considerar que aquesta oralitat és una expressió cultural de baix nivell, a més del consegüent menysteniment, comporta la pèrdua d’aquest important tresor literari. Però aquesta pèrdua no tindrà només implicacions culturals i etnològiques, sinó que també es podrà apreciar en la pèrdua dels models narratius. La creativitat literària de l’oralitat es margina davant la literatura escrita a causa de la consideració d’«incultura» o com a molt de cert «paternalisme» barat, en la mesura que és una expressió folklòrica del poble. La cultura i la literatura superiors les trobarem en els llibres i en aquest àmbit ens hem d’educar si volem ser persones cultes. Aquest fenomen comú a totes les cultures occidentals es veurà augmentat en llengües on l’oralitat sigui majoritària, per exemple en l’èuscar. Quan es parli de tradició literària amb aquests criteris les conclusions seran pobres, perquè no es tindrà en compte la creativitat literària popular de què parla la senyora Noia. I seguint per aquest camí veurem com en escriure en aquest idioma les referències literàries es prendran d’altres llengües, interioritzant models narratius aliens.
¿Vol dir això que educar-se en models lingüístics aliens és dolent? Per descomptat que no, perquè no podem deixar de banda aquests models que s’han desenvolupat a prop nostre, no per copiar-los sinó per a usar-los com a referència.
Italo Calvino, escriptor italià, citava molt apropiadament l’interès que despertaven en ell els contes tradicionals. «Si en una època de la meva activitat literària em vaig interessar en els “folktales”, no era per una tradició ètnica concreta [...], tampoc per una nostàlgia de les lectures infantils [...], sinó per un interès estilístic i estructural, per economia, per ritme, per la lògica essencial en què han estat contats.»
Crec que Calvino l’encerta de ple, ja que la pluralitat d’estils narratius portarà pluralitat i riquesa a la literatura. Cada idioma al llarg del temps ha desenvolupat els seus propis models, tant a nivell d’escriptura com d’oralitat. Però això no vol dir que siguin dos mons sense punts d’unió. Coincideixo plenament amb el que escriu Inazio Mugika en el pròleg del llibre d’Anjel Lertxundi Letrak kale kantoitik, és a dir, que Lertxundi ha hagut de trencar la distància que hi ha entre la tradició oral i escrita perquè «Lertxundi no ha tingut altre remei que enderrocar aquest envà artificial, per a fer possible que es veiés la continuïtat que hi havia entre les dues habitacions. [...] És obligatori analitzar a la vegada les dues tradicions, per, contra el que s’ha pensat, arribar a una perspectiva general.» El nostre idioma, l’èuscar, cal que ho faci. En la mesura que és un idioma desenvolupat en l’oralitat, té el perill de dependre de recursos narratius d’altres idiomes si no valora la seva tradició oral en la seva justa mesura, amb la globalització que això comportaria, si em permeteu d’emprar aquesta paraula de moda. De totes maneres cal que no confonguem això amb les opinions del tipus «cal escriure com parla el poble». La tradició literària que ens ofereix l’oralitat no hauríem d’utilitzar- la mitjançant la mera repetició, sinó per desenvolupar-la, enriquir la producció literària i dotar d’ànima pròpia la literatura de cada lloc. A pesar de ser extrema, tampoc es pot perdre de vista l’opinió de l’escriptor portuguès Adolfo Coelho. «[...] assim as literaturas só têm valor verdadeiro quando aproveitam as minas da tradiçao popular
Si prenem la literatura escrita en èuscar fins a l’últim quart del segle XX no podem dir que hagi estat especialment rica. Sent això així, els escriptors que en els últims 40 anys han intentat renovar i desenvolupar la literatura basca escrita han tingut més aviat pocs referents. Ha estat difícil fer de la literatura un camí propi. D’una banda l’escassesa i de l’altra la dificultat d’accedir a la publicació han augmentat el problema. Però això no vol dir que la literatura basca hagi viscut aliena als corrents moderns o que la literatura escrita no hagi estat considerada; més encara, podem dir que molts autors han tingut en compte la literatura precedent en molts dels seus treballs, alhora que també han estat referents els models oferts per la literatura popular. Així com la manera de fer literatura d’Axular ha estat modèlica, la riquesa de la literatura popular ha estat moltes vegades referent. Posem Aresti com a exemple. No se li pot negar la importància que ha tingut aquest bilbaí en la renovació de la literatura basca. Si analitzem el seu treball veurem com va investigar sobre la tradició literària escrita i oral per a enriquir el seu treball i de passada posar la llavor per a una literatura basca moderna. Testimoni d’això és el seu desconegut treball en pro de renovar la dramatúrgia basca. A Mugalde herrian eginiko tobera (1961), prenia la tradició de les toveres (instrument tradicional percussiu de metall) no com a repetició sinó per utilitzar una forma tradicional de teatre i així traçar un camí cap a un teatre basc modern. Utilitza la tradició com a font d’inspiració, i pren una forma de teatre basc encara viva per aquell temps, per proposar una via cap a un nou teatre basc. Per desgràcia, en lloc de desenvolupar i enfortir aquesta via, avui dia massa sovint s’aprecien d’altres vies en el teatre euskaldun, donant el toc basc mitjançant un costumisme renovat.
Avui, per sort, podem dir que la literatura escrita basca gaudeix de bona salut (comparada amb la dels segles precedents). El nombre d’euskalduns alfabetitzats és el més gran de la història. La literatura basca ha ocupat en l’escola el lloc que li corresponia (a pesar de totes les puntualitzacions que s’hi pugui fer). L’edició de llibres ha crescut enormement (en opinió d’alguns, massa). I els clàssics continuen sent tan actuals com abans. Però això no ens ha de dur a una eufòria sense aturador. Qualsevol literatura, sobretot en una llengua minoritària com la nostra, té en els seus múltiples tresors literaris aportats pel temps, un element imprescindible. Els trobarem en els llibres escrits, però també en els bertsos, historietes i expressions literàries de tot tipus. Caldrà que ens hi capbussem per trobar els recursos literaris que donin a la nostra literatura una mica d’ànima pròpia. El principal pilar de la literatura heretada pels bascos és l’oralitat, i hem de saber compaginar-la amb el que s’ha escrit, perquè puguem enderrocar aquest envà del que parlava Mujika Iraola. Hauríem d’utilitzar els llibres d’aquestes dues «biblioteques», almenys si no volem que la literatura es converteixi en una cosa estandarditzada, globalitzada i mancada d’ànima; o que no passi allò de la molsa. Què dieu? Que no sabeu què li passa a la molsa? No m’ho crec; De debò que no ho sabeu? Encara sort que sóc aquí per a dir-vos les coses que realment són importants.
Doncs, diuen que diuen, que al principi de tot, tots els éssers vivents sabien parlar, les plantes, els ocells, els animals i les persones. Però Déu es va oblidar de la molsa, i mentre els altres estaven fent-la petar la molsa havia d’estar calladeta. Veient la situació, els altres van començar a ensenyar-li les seves paraules. I es va convertir en l’ésser més savi, perquè sabia les paraules de tots els altres. Però quan Déu –fent la migdiada, com sempre– es va adonar que volien fer una cosa que ell no havia projectat, va exclamar «Em cago en jo!», i va llevar la capacitat de parlar a tots menys a les persones –ja sabeu, per a guardar la seva autoestima: «Pare nostre que estàs al cel...» «Ja val, ja val». Llavors va acabar l’època de la felicitat i va començar la de la desgràcia. I els únics que viuen feliços són les criatures, perquè elles parlen amb els ocells, les plantes, els gossos... I quan passaven totes aquestes coses que us conto, jo, llavors, hi era.


Traduït de l'èuscar per Toni Strubell Trueta

literatura y tradición (en galego)

Daquela, alguén estivo alá

Acerca da tradición literaria herdada
JOXEMARI CARRERE ZABALA

Alguén estivo alá, e alguén non estivo.

Polo visto, en Azerbaidjan comezan así algúns contos, antes de introducirmos no mundo da fantasía, onde todo é posíbel. En fin, é unha maneira de comezar, coma esta de hoxe. Pero, Azerbaidjan está tan lonxe! Acheguémonos. Comezemos como Joseba Sarrionandia comeza o conto “Urrezko arraiarena” [Do peixe de ouro]:

“Hai tempo, na época en que desexar valía...”. Ca! Mais este inicio áchase tamén nalgúns contos recollidos polos irmáns Grimm en Alemaña. Bo, perdoamos a Sarri que copiara un pouquiño, de feito, quen non copiou algunha vez? Polo tanto, hoxe teremos que buscar outro inicio. Agora si, agora temos moi preto un fermoso inicio, que soe aparecer en varios contos vascos:

“Como moitos no mundo...”

Non obstante, para tratar o tema proposto e para esta ocasión, é axeitado un inicio como este? Seica non. Pero esta é tamén unha maneira de comezar. Como comezar a falar senón da tradición literaria herdada? Máis aínda tendo unha chea de dúbidas sobre o que quere expresar semellante título. En efecto, cando estamos a falar da tradición literaria, dende o punto de vista de quen estamos a falar, dende os participantes dunha cultura?, ou dende a ollada do investigador?, seica dende o interior do escritor? Certamente difícil imaxinar os achaques de todas estas mentes. Falarei de min, e atenderei á tradición literaria que herdei como vasco.

Teño oído ou lido máis dunha vez que así como na Europa temos bibliotecas, na África teñen vellos; é dicir, que os vellos enchen o espazo que entre nós enchen os libros. Polo visto, eles son a memoria do pobo. Eles lembran e contan as historias creadas e conservadas durante longo tempo. Na África a tradición literaria consérvase en boca dos vellos. Segundo din. E eu non vou dubidar acerca disto, porque sei da importancia da oralidade nas culturas propias da África. De todos os xeitos, en afirmacións como estas hai unha grande negación e inorancia, ou talvez, unha preocupante xeneralidade.

Coa dita afirmación acéptase, por suposto entre outras cousas, que a xente da Europa está alfabetizada, é dicir, que a maioría da poboación, cunhas pequenas excepcións, teñen competencia para ler e escribir; na África, sen embargo, son analfabetos en grande número, polo menos na súa propia lingua, e polo tanto, a súa transmisión cultural e literaria principalmente é oral. En xeral, é dificil pór isto en dúbida, pero poúsanse varias preguntas na miña mente, é dicir, en que lingua están alfabetizados os europeos? E polo tanto, que tradicións literarias se conservan nas bibliotecas? Os froitos literarios dos europeos soamente se conservan nas bibliotecas? Ninguén conservou unha biblioteca en vella voz? Que tipo de literatura puideron desenvolver e transmitir as culturas ás que se lles negou a escolarización na súa propia lingua, e polo tanto, o proceso de alfabetización? En opinión de David R. Olson “para poder desenvolver unha cultura escrita son imprescindíbeis institucións que usen dos textos: igrexia, corte, goberno, academia e familia”; tiveron todos os habitantes de Europa esa opción? No mesmo artigo Olson menciona que unha tradición escrita ademais de fixar os textos ten que acumulalos. Como crear unha tradición escrita, se non se dan as condicións mínimas para se poder desenvolver unha cultura escrita, e amais se a maioría dos falantes desa cultura non están alfabetizados? Sendo isto así, podemos afirmar que os pobos condenados a seren analfabetos na súa lingua non desenvolveron tradición literaria ningunha?

Vouvos contar un fermoso pasaxe –na miña opinión, polo menos- que contou miña nai. Noutrora vendíanse bertso-paperas[1] na rúa. Neles aparecían bertsos coñecidos ou mesmo novos e, na nosa vila, polo visto, un home vendíaos no mercado. Nosa nai conta como a miña avoa dáballe unhas moedas para mercar eses bertso-paperas. Tralo xantar meu avó sentábase na cociña e miña nai cantáballe eses bertsos. Eran bertsos longos, e moitas das veces trataban a historia tráxica ou lamentábel dunha rapaza, semellantes aos culebróns de hoxe. Para noso avó, que sabía a medias o castelán, e por suposto, analfabeto, eses bertsos enchían o espazo da “literatura”. Miña nai conta que o avó escoitábaos cos ollos pechados, concentrado nesa historia que se cantaba e contaba. Ás veces, facía para si algún comentario ao fío da historia que estaba a escoitar. Cando escoitábamos esas cousas á miña nai, pensábamos que eran contos vellos doutrara. Pero dende o punto de vista de hoxe, decatámonos de que eses feitos, eses cantos e esas historias eran a “biblioteca” que estábamos a reunir na lingua de noso, que manaban da boca e introducíanse nos nosos oídos. O verdadeiro tesouro literario, sen embargo, era o que ensinaban na escola, a verdadeira “biblioteca” estaba en castelán, e todo o demais, pola contra, só tiña valor folclórico ou “vernáculo”. Polo tanto, a tradición literaria soamente era a gardada nos libros. É curioso como se repite esta opinión ao falar das creacións literarias da oralidade, sexa cal sexa a lingua. Non tiña ningún valor literario ese momento no que miña nai cantáballe bertsos ao avó? E non estou a falar exactamente da calidade deses bertsos ou do propio valor literario, senón da influenza dese intre no meu avó. Pero alguén dirá que iso non son máis que vestixios dun mundo que se está a perder, e seguramente non lle sobrará razón. Por desgraza, no noso caso a desaparición da lingua moitas veces estivo vencellada á desaparación dese mundo, e con esa desaparición vanse moitas cousas, ademais dos costumes. O galego Camiño Nogueira menciona algo así ao ter en conta os cambios da xente da Galiza: “A sociedade actual modelada coa cultura urbana, coas esixencias das novas tecnoloxías da comunicación (...), coas modernas formas de diversión paralizaron a difusión deste tipo de literatura, e hoxe podemos ver como de día en día as creacións literarias populares van desaparecendo da memoria colectiva”. O investigador e recopilador galego salienta un interesante problema. De feito, identificar as creacións literarias orais que unha cultura recolleu durante tempo cos tempos pasados, é considerar a oralidade unha expresión cultural de baixo nivel, e en consecuencia, tal abandono lévanos a perder un importante tesouro literario. Pero esta perda non se vai dar só dende un punto de vista cultural e etnolóxico, tamén pódese ver na perda dos modelos narrativos. Ante a escrita deíxase de lado a creatividade literaria da oralidade baixo unha opinión da “incultura” ou como moito dun “paternalismo” barato, na medida que é unha expresión folclórica do pobo. A cultura e literatura de alto nivel atoparémola nos libros, e hai que educarse con eles, se queremos ser persoas cultas. Este fenómeno de todas as culturas de Occidente agrávase nas linguas nas que a oralidade é principal, por exemplo, no eúscaro. Falar da tradición literaria con estes criterios traerá como consecuencia a pobreza, porque non se terán en conta a creatividade literaria que menciona a señora Noia. E seguindo por este camiño, ao escribir na propia lingua hai que coller referencias literarias doutras linguas, facendo nosos modelos narrativos alleos. Quere dicir todo isto que educarse noutros modelos lingüísticos está mal? Claro que non, non podemos deixar de lado eses modelos que se desenvolveron ao carón de nós, non para copialos de seu, senón como aprendizaxe.

O escritor italiano Italo Calvino mencionaba magníficamente o interese que os asuntos vellos lle producían. “Se nunha época da miña actividade literaria gostei dos folktales, non foi por unha tradición literaria (...), nen pola nostalxia das lecturas da infancia (...), senón por un interese estilístico e estrutural, pola economía, polo ritmo, pola lóxica esencial na que se contan”.

Coido que Calvino acerta de pleno, logo que a variedade dos modelos narrativos traerá a variedade da literatura. Cada lingua desenvolveu os seus propios modelos, por unha banda nas formas escritas e por outra banda, nas orais. Pero isto non quere dicir que sexan dous mundos sen vínculos. Estou completamente dacordo co que menciona Inazio Mujika Iraola no prólogo do libro “Letrak kale kantoitik” [Letras nas esquinas das rúas] de Anjel Lertxundi. É dicir, “Lertxundi non ten máis remedio que tirar o tabique artificial” que diferencia a tradición oral e a escrita “se quere salientar a continuación que hai entre ambos os dous cuartos.(...) É preciso estudar en conxunto ambas as dúas tradicións, en contra do que se pensou, se se quere ter esa perspectiva xeral”. Para unha lingua como a nosa, o eúscaro, isto é imprescindíbel. Sendo unha lingua que se desenvolveu na oralidade, se no seu desenvolvemento da escrita non da a importancia necesaria á tradición oral, hai o risco de que utilice os recursos narrativos doutras linguas, coa ríxida globalización –se me perdoades utilizar esta palabra de moda- que isto presupón. Non hai que confundir isto con estas opinións que se escoitan: “escribir como fala o pobo”. A tradición literaria que nos ofrece a oralidade non debemos usala para repetila, senón para desenvolvela, para enriquecer a nosa produción literaria e para dar unha alma propia á literatura que se escribe en cada lugar. A opinión do escritor portugués Adolfo Coelho que viviu no século XIX, aínda que sexa extrema, é para tela en conta: “(...) assim as literaturas só têm valor verdadeiro quando aproveitam a minas da tradiçao popular”.

Se temos en conta a tradición escrita literaria que temos en eúscaro até o último terzo do século XX, non podemos dicir que sexa moi rica, polo menos en cantidade. Por iso, nestes últimos corenta anos, sobre todo, os escritores que tentaron anovar e desenvolver a literatura vasca escrita tiveron poucas referencias. Foi difícil a tentativa de crear un camiño propio para a literatura. Por unha banda, as carencias e por outra banda, a dificultade de conseguir o publicado aumentaban as dificultades. De todas maneiras, isto non quere dicir que a literatura vasca vivera a parte das correntes modernas, ou que non se tivera en conta a literatura escrita; máis aínda, podemos dicir que na historia da literatura vasca moitos escritores tiveron en conta a literatura anterior en moitos dos seus traballos, pero tamén os modelos que ofrece a literatura popular. Para moitos escritores á hora de enriquecer o estilo a escrita de Axular foi modélica; e a riqueza da literatura popular foi referencia moitas veces. Tomemos o caso de Aresti. Non se pode obviar a influenza que o escritor bilbaíno tivo na renovación da literatura vasca. Se estudamos os seu traballo, veremos que investigou tanto a literatura vasca escrita como a oral, enriqueciendo a súa labor e botando un semente no camiño á moderna literatura vasca. Exemplo disto é o traballo que fixo a favor de renovar o teatro vasco, que se menciona moi pouquiño. Na obra de teatro “Mugaldeko herrian eginiko tobera” (1961) [Tobera feita na vila da zona de fronteira], por exemplo, tomou a tradición das toberas non para repetila senón para facer o camiño cara o moderno teatro vasco usando as formas teatrais tradicionais. Usa a tradición como fonte de inspiración, e tomando unha forma que seguía viva propón camiños cara un novo teatro vasco. Por desgraza, en vez de se desenvolver e se fortalecer este camiño, hoxe vense demasiadas veces outros camiños no teatro vasco, presentando o matiz vasco moitas veces coa forma dun anovado costumbrismo.

Hoxe, por sorte, a literatura vasca escrita móstrase saudábel (polo menos, ao comparala cos séculos anteriores). O número de vascos alfabetizados é o máis alto da historia. A literatura vasca tomou o seu lugar na escola (tendo en conta todas as precisións que se queran, evidentemente). Aumentou moito a edición de libros (segundo algunhas opinións mesmo aumentou de máis). E na nosa literatura son clásicos xa algúns autores que aínda non teñen os cabelos brancos. Pero esta situación non nos ten que mergullar nunha excesiva euforia. Calquera literatura, pero sobre todo a producida nunha lingua minoritaria como a nosa, precisa de todo tipo de tesouros literarios que deixou o tempo. Atoparémolos nos libros, pero sobre todo nos bertsos, nas historias e noutras expresións literarias que pasaron da boca ao oído. Teremos que mergullarnos nestes, para nos atopar os recursos literarios que ofrece a nosa lingua, e para que a literatura que fagamos teña unha alma propia. Acaso, sexa a oralidade o alicerce principal da tradición literaria que herdamos os vascos, e temos que saber vencellalo ao que está escrito, para botar ese “tabique” que menciona Mujika Iraola. Temos que usar os libros desas dúas “bibliotecas”, se non queremos que a literatura se transforme nun eido estandarizado, globalizado e sen alma; ou para que nos pase o do musgo. Como? Que non coñecedes do que aconteceu ao musgo? Non mo creo; seguro que non o coñecedes? Afortunados sodes todos vós, porque estou eu aquí para vos mostrar as cousas que son verdadeiramente importantes.

Pois, dise que se di, que ao comezo dos comezos todos os seres vivos falaban, as plantas, os páxaros, os animais e as persoas. Pero ao parecer Deus esqueceuse do musgo, e mentras todos os restantes seres vivos estaban a conversar o musgo tiña que estar caladiño. Visto isto, os demais comezaron a lle ensinar palabras. Polo visto, o musgo converteuse no ser máis sabio, porque sabía as palabras de todos. Sen embargo, cando Deus estando na sesta coma sempre, se decatou de que estaban a facer algo que el non fixera berrou “Mekagüen min!”, e quitoulles a palabra a todos, menos ás persoas – xa sabedes, para conservar a autoestima de Deus: “Noso pai que estás nos ceos...” “Está ben, está ben”-. Daquela remataron os tempos afortunados e comezaron os desafortunados. E ao parecer, os únicos que viven na felicidade son os meniños, logo que eles falan cos páxaros, as plantas, os cans...

E cando aconteceron todas estas cousas, daquela, eu, eu estaba alá.



[1] Nota da tradutora: os bertso-paperas son escritos e follas que recollen os bertsos.