terça-feira, dezembro 24, 2013

El cerebro

Parece el comienzo de un chiste. Estábamos una vez un bertsolari, un cantautor y un narrador hablando con un investigador de las funciones cerebrales. La investigación que hicieron con el bertsolari sobre cómo funcionaba el cerebro a la hora de improvisar versos nos dió el pie para la conversación. Una investigación interesante que encendió nuestra curiosidad en torno a la relación entre nuestros cerebros y los procesos creativos que cada cual llevábamos a cabo. Las preguntas más curiosas trataban sobre la relación entre las ideas y la memoria. Utilizábamos igual la memoria? El bertsolari y el narrador coincidíamos en nuestra dificultad para aprender una canción de memoria, quizás por la influencia de nuestras respectivas actividades creativas, basadas en gran parte en la improvisación; mientras que no teníamos gran problema en improvisar combinaciones imposibles con elementos de la caja de los recuerdos. El cantautor, en cambio, podía recordar sin problemas una canción que aprendió veinte años atrás. El investigador nos iba explicando las razones de ello. En la conversación fueron saliendo el cortis frontal, la plasticidad cerebral, sinapsis, proteínas, lado derecho, izquierdo... Como el aficionado espera ansioso que el bertsolari improvise su verso, esperábamos nosotros las explicaciones sobre las curiosidades neuronales. Una muestra de que la cultura y la ciencia no son caminos paralelos y separados, sino compañeros de viaje.
Muchas veces me preguntan cómo puedo guardar tantos cuentos en la memoria. A decir verdad, suelo responder, no los recuerdo, como puede hacerse con una canción o un rezo. A saber en qué rincón de la cabeza se esconden los cuentos y según comienzo a contar van surgiendo, nunca de la misma manera, siempre se agrega o se desecha algo; mientras avanza la narración viene a la mente una idea nueva o una imagen que pasa de la mente a la lengua. Por qué ocurre eso así? Seguramente porque en el territorio fantástico del cerebro están ocurriendo tantas historias. Y atrapan al narrador.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA

terça-feira, dezembro 10, 2013

Jaun Zuria

Es el primer día de la Feria del Libro Vasco en Durango. Este año está dedicada a Escocia. Dentro de una hora comenzará el acto inaugural. Tengo que hablar con el gaitero que participará para coordinar su colaboración en mi actuación. Los nervios en danza. Tomar parte en el mayor y más importante evento cultural del Pais Vasco no es moco de pavo. Demasiada responsabilidad quizá? Autoridades, gente de la cultura, periodistas, visitantes... Tengo que contar y cantar la leyenda de Jaun Zuria, primer señor de Bizkaia. Lo haré dignamente? Lograré entonar bien? A ver si encuentro unos libros que me interesan, y de paso doy esquinazo a los nervios. No puedo quitarme la balada de la cabeza: Jaun Zuriano, Jaun Zuriano lotan zagoza itzarri... (Don Blanco, Don Blanco estás dormido, despierta...)
Comienza a llenarse la sala. Un escalobrio recorre mi espalda. Aprovecho para relajarme hablando con la presentadora. Pienso en lo que tengo que contar. Es una historia maravillosa, de héroes clásicos, mítica, arturiana. Lo tiene todo. Las autoridades comienzan con sus discursos. El gaitero y el guitarrista escoceses nos ofrecen su música. Me dirijo al escenario. Con el sonido de la gaita de fondo comienzo mi narración: "Ha ocurrido una tragedia en el reino de Escocia..."
En más de una ocasión nos piden que contemos sobre este o aquel tema. Algunas veces las propuestas nos sorprenden en caminos inesperados. Cuando me propusieron contar la leyenda de Jaun Zuria me encontré con descubrimientos sorprendentes, aún conociendo la historia de antes. Es una leyenda mítica, con dioses, un héroe valiente y salvador, con pruebas a superar, elementos mágicos (la espada)... Mientras preparaba la sesión me fuí adentrando en un mundo mágico inesperado, transitando a través de la mitología vasca, descubriendo una conjunción de componentes míticos de procedencias diversas. De repente, estaba atrapado en la leyenda de Jaun Zuria, en lo maravilloso de las historias que surgen de la imaginación popular.
Ha finalizado el acto. "Hasi da eta denen aurrean gora daroia ezpatia" (Ha comenzado y delante de todos alza la espada)

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA

quarta-feira, novembro 27, 2013

Versos vs cuentos

            Una vez, invitados por la ikastola de Hendaia, nos propusieron al bertsolari (improvisador de versos cantados) Amets Arzallus y a mí hacer una sesión de controversia entre versos improvisados y cuentos contados. El procedimiento era simple, cada cual teníamos que responder al otro desde nuestra especialidad. Una propuesta interesante pero al mismo tiempo complicada. Comencé yo contando un pequeño cuento al cual respondió el bertsolari con un verso improvisado, respondiéndole yo a continuación con otro cuento. Así fue avanzando la sesión encendiendo la curiosidad de los asistentes, así como la nuestra propia. De vez en cuando un sudor frío recorría mi espalda mientras escuchaba al bertsolari y rebuscaba en mi baúl mental un cuentecito para responderle. Estaba convencido que a él se le haría más fácil este trabajo, al estar ellos acostumbrados a estas controversias, pero me sorprendió el comentario de Amets diciendo que a él también se le hizo complicado, ya que según escuchaba el cuento no podía decidir a qué agarrarse para improvisar el verso. Un hermoso ejercicio para los dos, con la oralidad en estado puro.
            El verso improvisado y la narración de cuentos serán, seguramente, los mayores emblemas de la oralidad artística, uno en rima y el otro en prosa, representantes de un mismo mundo creativo que nos llega desde antiguo. La oralidad ha sido durante siglos la principal y, podemos decir, única forma de expresión de la gente humana, transmitiéndose de este modo los conocimientos de la comunidad, de lo cual sabemos algo los vascos al negársenos hasta hace bien poco el derecho a ser alfabetizados en nuestra lengua. El verso improvisado y la narración oral han sido instrumentos artísticos imprescindibles en esa transmisión. Hoy en día, estas dos expresiones orales y artísticas han evolucionado, sin perder la esencia del pasado, convirtiéndose en formas de expresividad y creatividad contemporáneas equiparables a cualquier otra forma de expresión artística. El ponerlas a crear juntas, muestra la incomparable fuerza de la oralidad.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA

segunda-feira, novembro 25, 2013

Que somos y no somos

            Un amigo vivió un suceso extraño. Como iba a casarse en el extranjero tuvo que formalizar unos papeles en la embajada española; su sorpresa fue extrema cuando le comunicaron que no existía. No podía creerlo, asaltado, de repente,  por las dudas de su propia existencia. Nacido fuera de España, en el exilio de su familia republicana, parece ser que no existía registro alguno de su llegada al mundo. Pero él estaba allí, en carne y huesos, delante de aquel funcionario. Y este se dirigía a él. No era, pero estaba. Tenía nombre y lo nombraban. Parece ser que el exilio lo condenó a la inexistencia.
            El escritor vasco Marc Legasse imaginó una linda metáfora con los contrabandistas y Euskal Herria, en su obra “Los contrabandistas de Ilargi Zaharra”. Los contrabandistas, como Euskal Herria, son pero no existen; transitan bajo la luz de  ilargi zaharra, la luna llena, en un mundo sin fronteras. Condenados a la inexistencia, caminan por senderos ocultos conscientes de su propia presencia. Como las brujas. Unos hombres discutían en un bar sobre la existencia de las brujas. Uno de ellos regresaba a casa echada la noche, cuando se le aparecieron las brujas en el camino. Y se lo dejaron claro: “¡Que no somos pero somos, aquí estamos ciento cincuenta y cinco!”. Y una tras otra le fueron golpeando. Al amanecer lo encontraron ahorcado de un árbol. 
            Del mismo modo los narradores y narradoras extienden, a la luz de la luna llena, los nombres de lo que existe. Viajan a través de las palabras. Y con ellas. Eduardo Galeano escribió que “quien sabe contar cuenta sabiendo que el nombre es la cosa que el nombre nombra”. Y aun habiendo muchos narradores y narradoras, es difícil conocer sus nombres. Como ese amigo inexistente, al narrador, a la narradora le ocurre que tiene que reivindicar su existencia, su nombre.

terça-feira, novembro 19, 2013

Programando


Es conocida la frase con la que algunos, bastantes, programadores suelen rechazar un espectáculo: "no es adecuada para mi público". Oida aquí y allí, en un tiempo pensaba que era algo así como una leyenda urbana atribuída a estas personas, hasta que la oí de boca de una de ellas. Es curiosa esa capacidad de apropiarse de la opinión de un grupo heterogéneo de personas llamada público, agrupándolas en un determinado gusto estético, sin consultarlo con ellas, por supuesto. Además, de alguna manera, se infantiliza a ese público, al negarle la autonomía de poder optar por este o aquel espectáculo, siendo otra persona, el programador, por supuesto más preparada para tomar ese tipo de decisiones, quien decide qué le conviene ver y qué no. Ante esta cuestión suelo pensar dónde se podrá comprar un grupo de público para poder responder ante el anterior comentario con un "tranquilo yo me traigo a mi público". De todas maneras hay que admitir que el llevar a cabo un programación cultural digna no es algo que se haga en un pis-pas. 
Hay también otro tipo de programaciones llevadas a cabo de una manera aficionada, es decir, por personas que dedican parte de su tiempo libre a promocionar las actividades culturales a través, por ejemplo, de asociaciones, la mayoría de las veces con ayudas públicas.
Por supuesto que a estas personas no se les puede exigir el mismo grado de responsabilidad y conocimiento del hecho cultural que a quien se dedica profesionalmente a ello. De todas maneras, sería interesante saber los criterios utilizados a la hora de llevar a cabo esas programaciones, si obedecen a un interés y conocimiento sobre aquello que se programa, o en cambio, se busca más un efecto mediático, y para ello se programan espectáculos en los que predomina esa idea. Dichos grupos culturales tendrían que ser el contrapunto a la manera institucional de llevar a cabo las políticas culturales. Y, ante todo, los integrantes tendrían que interesarte realmente en el hecho cultural, fomentando el debate en torno a ello y no plegarse sin más a estándares culturales o a lo que "la gente quiere", otra expresión similar a la anteriormente mencionada.
Y la narración oral, cómo aparece en estas programaciones culturales? Qué criterios se utilizan a la hora de organizar una sesión de cuentos? Quienes programan ya saben en qué consiste la narración oral? Asistirán a espectáculos de narración? Serán las sesiones de narraciones oral adecuadas para los públicos de los programadores? Seran los programadores adecuados para los narradores?

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA

segunda-feira, outubro 21, 2013

Gitanos

         En un cuento recogido a gitanos rusos se explica por qué están los gitanos repartidos por el mundo. Parece ser que una familia gitana viajaba con su carro repleto de cacharros y niños, llevado a duras penas por un caballo flaco y débil. Debido a los malos caminos y al balancear del carromato, de vez en cuando caían cacharros y hasta alguna criatura. De día no había problema para recogerlos, pero durante la noche, la oscuridad dificultaba la labor, por lo que se fueron perdiendo niños en el camino, además ¿cómo llevar la cuenta de tantos niños? Y como la familia recorrió el mundo de un lado a otro, así es como los gitanos se fueron repartiendo por todos lados.
         Preparando estos días una sesión de cuentos gitanos, me da pie para reflexionar, como otras muchas veces, sobre el contar historias de otras culturas diferentes a la mía. Los cuentos han servido a todas las culturas para reafirmarse en su existencia y su identidad. Han construido su historia oral a través de sus relatos y narraciones. Muchas veces esos cuentos han sido adaptados de otras culturas, haciéndolos suyos. De este modo descubrimos un cuento de los gitanos del subcontinente indio casi idéntico a un cuento vasco. Las palabras han sido y serán viajeras, acompañantes de las personas humanas. En el caso de los gitanos enseguida aprecias que sus relatos no se circunscriben a un territorio concreto, sino que, como ellos, están repartidos por lugares diferentes, sin perder su identidad, mas absorbiendo la esencia del lugar y la cultura donde se encuentran.

         Siendo un vasco no gitano, ¿cómo, entonces, osar contar sus historias? Quizás, adentrarse en esos territorios fantásticos sea la labor del narrador, para viajar a otros lugares. Acompañado de palabras nómadas.

sexta-feira, outubro 04, 2013

Mutis

Una vez, con ocasión de los premios Cervantes, por parte del Festival de narración oral que se celebraba en Alcalá de Henares, se propuso a los narradores participantes preparar algo con escritores premiados hasta entonces. A mí me tocó en suerte el escritor colombiano Alvaro Mutis. Comencé a leer las aventuras de Maqroll el gaviero, introduciéndome inmediatamente en esos territorios imaginados por el autor. Pero además de la obra, me interesé por la vida del autor, cosa lógica al tener que preparar algo sobre él. Y entonces me pareció que la verdadera aventura era su vida misma, interesándome lo mismo o más que su obra misma. El desvío de fondos de la multinacional Esso para proyectos culturales me pareció digno de cualquier personaje literario. Ese hecho le llevo a huir a México, donde no se libró de pasar quince meses en la prisión de Lecumberri. Durante esa estancia escribió Diario de Lecumberri. Ha muerto Alvaro Mutis, pero nos deja una obra genial, y sobre todo, el recuerdo de un escritor que podría ser un personaje de sus obras.

Salvando las evidentes distancias, cuando cuento para adolescentes, suelo sentir una sensación parecida, es decir, si en cierto momento no seré yo para ellos un personaje salido de cualquier narración. De hecho, contar cuentos es más que relatar una historia, las anécdotas personales o no, los pasadizos, las ocurrencias se convierten en parte de la narración, convirtiendo al narrador en parte de lo narrado. En el imaginario de esos jóvenes quizás ocurra lo mismo que en el mío con Mutis, convirtiéndome en un personaje ante ellos. ¿Qué quedará en su recuerdo, la historia contada o la imagen de quien la contó? ¿No ocurrirá a veces que esa imagen nos atrapa, nos domina? O quizás, quiero pensar, que en realidad la narración oral es esa simbiosis entre lo narrado y quien narra. Por la senda del binomio fantástico Maqroll/Mutis.

La Grande Oreille

Orejudo es un insulto pequeño, infantil, mientras no sea uno quien en el patio del colegio lo reciba claro. Las orejas como característica física, al igual que la nariz (recordemos a Quevedo), se han utilizado como recurso para reírse de la persona “afectada” y, en cierto modo, humillarla. Pero además de la evidente propiedad física, la oreja guarda dentro de sí un rasgo sensorial. Tener buen oído hará referencia a alguien con capacidades para la música, no tenerlo dificultará el cantar ante los demás, aún siendo colegas. Afinar el oído será necesario para poder escuchar mejor aquello que nos interesa. La oreja será ese saliente corporal, que como un balcón, nos asoma al exterior. Para los narradores suele ser conveniente que esa característica arquitectónica corporal, la tengamos bien cuidada, florida y adecentada, ya que las historias pueden surgir en cualquier momento y lugar.
La Grande Oreille es una orejuda revista, de oído fino. Se publica desde hace quince años en Francia y la narración oral es la razón de su existencia. Escriben y participan en ella narradores y narradoras francesas de primera línea, así como de otros países de la francofonía, que, como en numerosos proyectos del estilo, mantienen viva la necesidad de compartir informaciones y reflexiones sobre la narración oral. Desgraciadamente este proyecto, como muchos otros, se encuentra en una situación precaria, en peligro de desaparecer. Como advierten en el editorial del último número editado, necesitarían aumentar las suscripciones para poder seguir publicando. Como es lógico, muchas personas que no entienden el francés se les hará difícil apoyarles de esa manera. Pero eso no es lo verdaderamente importante, aunque necesario; el mero hecho de conocer la situación y difundirla, de tener empatía con un proyecto de esta índole, hace que realidades culturales como esta no caigan en la indiferencia, en la invisibilidad. La solidaridad no es algo que se construye simplemente con dinero, aunque sea necesario.
La narración oral, sea en el idioma que sea, está necesita de tribunas donde se reflexione, se divulgue, se diga. Necesita tener un lugar en la vida cultural, un lugar digno, atractivo, en el que reivindicar y demostrar su importancia dentro de las propuestas culturales y escénicas. Necesita reclamar el interés por ella en sí misma.

La narración oral necesita pensarse, necesita de grandes orejas, finos oídos para que su palabra se escuche claramente.

quarta-feira, setembro 04, 2013

Se fue el verano...

Llegó el invierno, dice una canción vasca. Bueno todavía no, ya que entremedio está el otoño. No vamos a decir lo que un colega narrador colombiano: "En Colombia hay dos estaciones, verano e invierno. Verano es todo el año; invierno cuando llueve". De todas maneras, en esta vuelta a la normalidad post veraniega, me entra la preocupación sino ocurrirá también aquí como en Colombia, pero en sentido inverso, es decir, que tengamos sólo dos estaciones, invierno todo el año y verano de vez en cuando. Y no me refiero al tiempo. Quienes nos dedicamos a las artes escénicas, la narración oral en este caso, vivimos en esa organización estacional. Todo el año invierno y a veces verano.
En estos momentos en que el verano meteorológico está llegando a su fin, no embarga la esperanza de que las actividades culturales tengan la importancia que merecen. La parada veraniega valdrá para reflexionar; las noches de kalimotxo generarán nuevas ideas locas; la arena de la playa ampliará los proyectos; los paseos montañeros clarificaran la mente; los viajes maravillosos abrirán fronteras. Quien pierde la esperanza pierde la ilusión de la vida.
Quienes andamos metidos en esto de las artes escénicas, la narración oral en este caso, escuchamos continuamente que pertenecemos al Club de la Queja Permanente, y quizás muchas veces demos argumentos a quienes nos ven así; pero ¿acaso no tenemos razones para la queja? La crisis económica no vapulea sin piedad. Si perteneciésemos a otro sector laboral y económico, se vería lógico nuestro malestar, pero parece ser que quienes hacemos un trabajo que nos apasiona y además cobrando, no tenemos muchas razones para quejarnos. Tenemos mucha suerte al hacer lo que hacemos.
Acaba el verano; las programaciones culturales retoman sus rutinas; comenzarán, esperamos, las llamadas y todo retornará a la normalidad. Si la cultura no escapa de esa normalidad corre el peligro de convertirse en culturismo.

quarta-feira, agosto 21, 2013

La ministra

En la villa de Capbreton, en el departamento francés de Las Landas, hace ya veinticuatro años que organizan un festival de cuentos. Me sorprendió que en la inauguración de la edición de este año participase la ministra francesa de la francofonía. Independientemente de lo interesante o no de su discurso, lo que me sorprendió fue su aparición, ya que se me cuesta imaginar a una representación institucional de esa categoría en la inauguración de un festival de cuentos por estas tierras. Por supuesto que el festival no será mejor ni peor por ese hecho, pero estoy seguro que la dimensión de la narración oral sería de otro nivel. ¿Para mejor? ¿Para peor? La cuestión está en ser conscientes de cómo está en estos momentos.
            Quien quiera organizar un evento cultural de cualquier tipo sabe que la ayuda de la administración pública es incuestionable. Siendo el evento grande o pequeño, siempre necesitará, además de ayudas económicas, ayudas de infraestructuras, permisos y cuestiones por el estilo. A veces se resuelven sin grandes dificultades, aunque no siempre de la manera deseada, pero el evento saldrá adelante. Otras veces, no pocas, los problemas y las zancadillas serán lo habitual, para que ese evento no pueda llevarse a cabo, o se realice casi milagrosamente, normalmente, gracias al empeño de los interesados. Las razones esgrimidas por parte de la administración pueden ser múltiples, pero muchas veces, aunque no se diga claramente, la razón principal suele ser la antipatía hacia los organizadores. Quien ha lidiado con estas cosas lo sabe.
            Problemas aparte, la intervención de la administración pública en los eventos culturales es imprescindible, no por una simple cuestión monetaria, sino por la responsabilidad social de desarrollar una sociedad más culta, siendo la colaboración sincera con los agentes culturales de todo tipo uno de sus pilares. Para ello debería desarrollar unos criterios lo más objetivos y neutros posibles, que no se basen ni en filias ni en fobias las relaciones entre los agentes culturales y la administración pública tienen que ser equilibradas, sinceras y claras, para poder ampliar y extender los caminos de la cultura. Por desgracia estos mundos aparecen como contradictorios, enfrentados, perjudicando a ese necesario desarrollo cultural, perjudicando en suma a la sociedad misma.

            El problema no es que un ministro inaugure un festival de cuentos, el problema es que no sepa que existen.

terça-feira, agosto 06, 2013

A estrada começa

"Ama como a estrada começa", es una conocida, al menos en Portugal, poesía de Mario Cesariny. Este escritor y pintor es el mayor representante del surrealismo portugués, pero quizás más que su adscripción artística lo verdaderamente interesante sean sus reflexiones en torno al proceso creativo, que enlaza directamente con su filosofía de vida, una vida intensa e interesante. El estar adscrito a una u otra corriente artística supone, en principio al menos, una reflexión por parte del creador sobre su concepción del hecho creativo, no es simplemente una alineación artística. En distintas expresiones artísticas, sea el teatro, la literatura o la pintura, han aparecido, y seguramente aparecerán, corrientes diferentes, muchas de ellas enfrentadas entre sí, con reflexiones tanto éticas como estéticas del hecho creativo y su relación con la sociedad. Estas corrientes artísticas, independientemente de sus propuestas, muestran una viveza de sus respectivas formas de expresión, lo cual ayuda a su desarrollo y amplitud.

En la narración oral de cuentos en cambio, ¿qué corrientes artísticas encontramos? ¿Cuáles son las reflexiones de esas posibles corrientes y de qué manera se reflejan en los trabajos narrados? ¿Existe algún narrador o narradora adscrita a alguna corriente como el surrealismo, el naturalismo o alguna otra de creación más reciente? Quizás, al ser la narración oral contemporánea un movimiento artístico reciente no haya habido tiempo para este tipo de propuestas éticas y estéticas y mostrarlas en espectáculos de narración: de todas maneras quizás esté llegando el momento de que vayan surgiendo propuestas diferentes sobre cómo entender la narración oral, tanto ética como estéticamente, y que se vea reflejado en distintos espectáculos, ya que eso mostraría un movimiento artístico que evoluciona, se repiensa, reflexiona y avanza. La narración oral contemporánea está necesitada de todo ello si no quiere quedarse estancada y sin rumbo. Y entonces podremos contar la historia de Ama como a estrada começa.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA

quinta-feira, julho 25, 2013

Ofrecer la creatividad

"Lo que estoy haciendo en primer lugar me tiene que gustar a mí. Sino es así... No puedo meterme en la cabeza de otro, es imposible. Si para mi es suficiente y me parece bueno, irá para adelante, sino no". Así responde en una entrevista la ilustradora Elena Odriozola a la pregunta sobre si cuando trabaja piensa en un lector potencial. Aunque parezca una verdad de Perogrullo, dentro del mundo de la creación es un tema controvertido y conflictivo, fuente de innumerables debates. El creador quiere que su trabajo llegue al máximo de gente posible (claro, hay también algunos que reivindican sobrevivir en la marginalidad, mostrando más pureza artística que la Virgen María). El trabajo artístico suele estar en manos de posibles compradores o contratadores, por lo que serán esas personas quienes decidan la difusión de dicho trabajo. Por supuesto, el proceso es más complejo, pero esta suele ser la base principal en la que se sustenta.
Ante esta situación al creador o creadora puede surgirle un duda interna, ¿condicionar su trabajo creativo a ese posible mercado o, por el contrario, crear sin tenerlo en cuenta? "Me decían que tendría que pensar en el lector. ¿Pero quién va a leerlo? No lo se. Y sabiéndolo, ¿cómo se hace eso? ¿Cómo puedo hacer yo algo para ti? Tú tienes que hacer tu trabajo para ti. Si eres fiel contigo misma y si haces lo que sientes, eso llega."
Cuando cuentas cuentos te sitúas delante de la gente, delante de un público curioso de lo que vas a contar. Quién ha venido a escuchar esas historias no sabe nada de lo que va a ver u oír. Quien narre tampoco sabrá nada sobre lo que busca ese público, qué piensa, quienes son. ¿Cómo puede contar entonces si ha decidido anteriormente cómo va a ser su público y ha hecho su creación en función de esa idea preconcebida? Como en otros campos, en la narración el proceso creativo tiene que surgir desde el punto de vista y el interior del narrador, la narradora. De no ser así, ¿para que ponerse delante de la gente?

quarta-feira, julho 10, 2013

La palabra juguetona

“Mirri marrau. Zer behar dugu jan gaur? Papa ta txitxi. Non da ene partea? Pareta xilo artean. Ez han, Bai han/ Katu buru beltzak jan”.(Mirri marrau, ¿Qué tenemos hoy para comer? Pan y carne, ¿Dónde está mi parte?/Entre los agujeros de la pared/ allí no, aquí sí/ el gaton negro se lo comió). Se le cantaba a los niños muy pequeños en el valle navarro de Roncal y en la provincia vasca continental de la Baja Navarra, según recoge el folklorista Resurrección Mª de Azkue en el volumen cuarto de su obra Euskalerriaren Yakintza. “Martin Bonbil, erregearen sorgin, tipula ta gatz, Martin buru latz, egizak ipurdian hatz” (Martin botella, brujo del rey, cebolla y sal, Martin cabeza seca, ráscate el culo), cantaban en la provincia vasca de Labourt.
Son juegos del habla, danza de la lengua. Divertimento del idioma. El lenguaje es una acción intelectual que surge y se desarrolla en el juego de los hablantes, y ese juego sólo se puede dar en libertad, sin los encasillamientos de reglas ajenas a dicho juego. Este jugar con el idioma, además de divertir a quien toma parte en él, le da pie a internarse en una suerte de mundo mágico.
Estas y otras reflexiones se pudieron oír en las jornadas de oralidad Ahoa Bete Hots (la boca llena de sonidos). En la casa de la Oralidad Mintzola, ubicada en la localidad gipuzkoana de Billabona, los asistentes a las jornadas pudieron asistir tanto a ponencias teóricas como prácticas agrupadas en torno al tema de este año “Hitza Jolas” (La palabra juguetona), en las que se analizaba la importancia del juego en el desarrollo y enriquecimiento del idioma y sus hablantes. Por una parte el idioma se va adaptando a nuevos tiempos y por otra parte el hablante estimula a través de dichos juegos un desarrollo intelectual. El escritor Juan Kruz Igerabide resaltó la importancia del juego hablado a la hora de paso de un pensamiento mágico a un pensamiento científico, recalcando que en su opinión el puente entre los dos está en el arte. Y en estas jornadas se intentó unir los dos mundos a través de la narración, el teatro, la canción y el bertsolarismo.

La tradición popular ha jugado siempre con el lenguaje, no sólo por mero pasatiempo, sino como método de transmisión de una visión del mundo determinada, y al mismo tiempo dinámica, como el mismo idioma. Tendremos que reflexionar si a través de la narración de cuentos estamos construyendo ese puente que mencionaba Igerabide. Jugando, por supuesto.

sábado, junho 29, 2013

29-06-2013 14_16_14

Lagun batek zioen festa bat hasteko erarik egokiena eta ederrena musika banda batekin zela. Eta halaxe hasi zen Errioxako Ezcaray herrian La Antigua Herrería Nazioarteko Ipuin Jaialdia. Hasiera dotorea bezain alaia. Herrian barrena itzulia egin ondoren La Real Fábrica albergeko lehioetatik jaialdiko kontalalariek ipuin bana eskaini zieten plazan bildutakoei. Portugaleko Luis Carmelok, soinu txikiaren laguntzaz sehaska kanta ederra abestu zuen. Ipuinak ametsen munduetara eramaten omen gaituzte, eta ametsen munduan sartzeko bidea jartzen digute txikitan sehaska kantek. Haurra ahots leunaren kulunkan pixkanaka, betazalen pisuak hartuta, loaren besoetan hartuko du babes, ametsen lurraldean abiatzeko. Kontalari portugaldarrak kontaketa jaialdiari bere ahotsa eskainiz, fantastikaren bidaian sartzeko gonbitea egin zuen. Ametsen lurralde liluragarrietan.
Ezcarayko antzokian jarraitu zuen hitzaren festak. Pep Bruno, Carles Garcia, Edu Saénz de Cabezón eta Joxemari Carrere kontalarien istorioek fantastikaren bideetan lagundu zuten publikoa, Triojanos taldearen herri musikaren laguntzaz.
Etenik gabeko jaialdi honek Azárrulla herrian jarraitu zuen bidea, La Antigua Ferrería hotelean ipuin afaria ospatuz. Luis Carmelok eta La Compañía del Patiok afaloste samurra eskaini zuten, kontakizunaren alde poetikoarekin afaltiarrak liluratuz. Eta gau festarik gabe ezin eguna behar den moduan amaitu, beraz, Ezcarayko La Cantina tabernan ipuinak eta tragoak maridaje bikaina lou zuten. Ipuin biziak, lotsabakoak, tabernazaleak, publikoa gauzalearen irriak eta barne grinak azalarazteko modukoak.
Hasi da kontaketaren festa Errioxako mendialdean, eta inguruak, haur lotiaren gisa, hitzetan kulunkatuz liluraren lurraldea bilakatu dira.   


I blog with BE Write

terça-feira, junho 18, 2013

Visitas narradas

                                         

Se suelen mencionar las historias de la historia como una manera más amena de conocer la evolución social de la humanidad. Ultimamente se menciona cada vez más la importancia de recoger la historia oral, es decir, además de la relatada por los historiadores en sus publicaciones, el relato de los acontecimientos históricos contados por los protagonistas directos; por ejemplo, el relato histórico oral del bombardeo de Gernika hecho por los que lo sufrieron.
Una manera de conocer la historia suelen ser las visitas guiadas. Visitar una localidad, grande o pequeña y, en grupo, mientras se visitan lugares históricos, un guía nos detalla informaciones históricos. Estas propuestas más que un objetivo académico se presentan como propuestas de tiempo libre. Algunos buscarán conocer detalles históricos de la localidad en la que viven; otros, en cambio, querrán conocer la localidad visitada desde una perspectiva histórica; y, seguramente, para muchos será una manera de pasar el tiempo. Todas estas opciones serán legítimas. El problema que suelen presentar este tipo de visitas guiadas es que las explicaciones suelen atenerse a un modelo academicista mal entendido, es decir, una relación de datos expresados de manera fría y funcional. E muchas ocasiones también, las mismas personas que ejercen de guías estarán, seguramente, preparadas en el terreno académico, no así en la transmisión oral de sus conocimientos, algo básico en este tipo de propuestas.
Otro es el modelo que nos ofrecen los componentes de la riojana Compañía del Saco. En la Visitas Narradas a los espacios del vino, alternan loas explicaciones históricas con anécdotas, historias, canciones..., haciendo de la visita no sólo un recorrido histórico de la ciudad de Logroño y su relación con la producción vinícola, sino recrean el ambiente que pudo darse en la época, todo ello, y aquí viene lo interesante, basado en un cuidado relato que parte desde la oralidad, sin desdeñar los datos históricos, lo cual atrapará a los visitantes en el relato expuesto. Los asistentes descubrirán lo bello de la Historia, gozando la palabra, ya que los relatos nos transportarán a nosotros mismos, a nuestra historia interior. Y eso, en definitiva, es la transmisión oral de los acontecimientos históricos.

quinta-feira, junho 06, 2013

Festival Kontuz Kontari!

         Un amigo me pregunta sobre la razón de ofrecer los espectáculos de narración en el teatro del pueblo. Es lógica su preocupación, ya que duda sobre si no será un espacio demasiado grande si no responde el público. Entiendo su pregunta, ya que no es nada habitual programar espectáculos de narración oral en teatros; del mismo modo que no son muy habituales las sesiones de cuentos para adultos. Le explico que a mí me ha tocado narrar en algún teatro con cuatrocientas personas, y en cambio, he actuado con una obra de teatro ante veinte personas en una sala con capacidad para quinientas. Parece ser que programar una sesión de narración oral en un teatro es demasiado; hay quien piensa que rompe la intimidad o acercamiento que pide la narración. Por razones que no entraremos ahora a valorar, las sesiones de narración oral se identifican con otro tipo de espacios, espacios no pensados para dicha actividad. La cuestión es que si aceptamos la narración oral como un arte escénico, ¿por qué tantas dificultades y objeciones para presentar los espectáculos en espacios escénicos pensados para tales actividades?
         El festival de narración oral de Errenteria KONTUZ KONTARI!, ha apostado por el teatro de la villa a la hora de programar los espectáculos. De este modo se posibilita que tanto los artistas como el público se encuentren en las mejores condiciones a la hora de ofrecer y disfrutar del espectáculo. Y aunque parezca mentira, esto hace que la imagen que se tiene sobre esta actividad artística se revalorice, adquiriendo importancia por sí misma. El publico paga su entrada y se sienta en su butaca esperando que comience la función- se apagan las luces. Comienza el espectáculo. Durante aproximadamente una hora, su atención estará solo en ello. Al finalizar, estará a gusto con lo visto y oído, o no, pero esa es otra cuestión.

         La narración oral tiene los teatros por ganar. En el festival de Errenteria se ha puesto un granito de arena en esa labor.

terça-feira, maio 14, 2013

¿Mentira? Verdad?


         Al contar con adolescentes suele gustarme, antes de finalizar la sesión, sacar las cartas del Tarot y pedir un voluntario. El voluntario, o la voluntaria se coloca a un lado de la mesa y yo al otro; y alrededor se posiciona el resto de la clase. Quien se ha ofrecido para el “experimento” se le nota algo nervioso; es normal, ya que se enfrenta, en busca de respuestas, ante sus dudas vivenciales. Los compañeros se muestran curiosos, pero aguzados por las mismas inquietudes vitales. Según se muestran las cartas, le hablo a la persona que tengo enfrente sobre aquello que demanda. El silencio se corta y la cara del voluntario, o voluntaria, así como los gestos sutiles, son reflejo de sus reflexiones. Al acabar y levantarse de la mesa el joven, la joven, se marcha en silencio, no antes de formularme la última pregunta: “Pero esto, ¿es verdad o mentira?”
         Contar cuentos es situarse ante las preguntas y dudas de la vida, transmitiendo estas a quien escucha, para que él también reflexione sobre las suyas. El binomio verdad/mentira nos pone ante lo absoluto; blanco o negro, izquierda o derecha. Estando las personas humanas fuera de lo absoluto, al ser un navío de dudas, el situarse ante esa dicotomía dificulta lo maravilloso de la vida misma, alejando su magia. Y los cuentos tienen en esa magia su esencia, su reflexión, apartando el binomio verdad/mentira, la belleza de los senderos dubitativos.
         Para contarle al adolescente que va a tener cambios en la vida y para ello contará con la ayuda de una o más personas, no hace falta, está claro, una habilidad especial para interpretar esas cartas que hablan desde la mesa, sino entender lo que significa ser un adolescente ante el porvenir. Nos gusta, en cambio, escucharlo con lo maravilloso de una historia. Los narradores, una cuadrilla de mentirosos. ¿O no?

terça-feira, abril 30, 2013

Recordar


         Hace poco, después de una sesión de narración, se me acercó una mujer comentándome que mientras escuchaba los cuentos tradicionales vascos de la sesión, le venían al recuerdo los relatos de su abuela. Otra amiga trajo también a la memoria su infancia, dónde los relatos eran habituales. Dónde se contaba, quién, qué. Sin televisión en casa de alguna manera había que pasar el tiempo. Más de una vez se suele acercar alguien con parecidas palabras. Sobre todo cuando se cuentan historias tradicionales. Los cuentos como pasatiempo casero no es algo tan lejano. La casa además de espacio familiar era una suerte de espacio comunitario, un espacio de transmisión cultural. Contar cuentos era uno de los pilares de esa transmisión.
         Contar cuentos no es contar, ni siquiera escuchar; contar cuentos es un ejercicio de recuerdo. Adentrándose por veredas fantásticas, empujado por la memoria, el narrador ofrece las sensaciones, imágenes, reflexiones que le genera el relato, para que quien escuche pueda adentrarse por los suyos propios. El público tendrá que hacer el mismo ejercicio que quien narra, es decir, poner en danza la memoria a través de lo que ve y escucha, y viajar hacia si mismo, con el cuento como pretexto.
         La narración es un juego de la memoria o no es. Cuando contamos cuentos vamos a otros territorios, fantásticos a veces, reales otras, pero siempre guardados en algún rincón de nosotros mismos. Removiéndolos reflexionaremos sobre nosotros mismos, lo que fuimos, lo que somos, lo que querríamos ser. Para comprender los senderos de la vida hacemos viajes a la memoria. Y cuando contamos, partimos.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130430/400502/eu/Oroituz

quarta-feira, abril 17, 2013

Por qué en euskara


         “El siglo XX trajo para los aromanos, (…) sobretodo en Bulgaria y Grecia, opresión, persecución y muerte: los desplazaron y oficialmente les impusieron un nombre nuevo, no se les permitió utilizar en público su lengua, ni tan siquiera hablar de su existencia, muchos de sus pueblos fueron arrasados y cientos de profesores, curas e intelectuales fueron detenidos e internados en campos o trasladados a islas lejanas”. Nos lo cuenta Karl-Markus Gauss en su libro “Europeos en extinción” (colec. Poliedro, Julia Lionetti SL edit, Barcelona 2002). Los aromanos viven principalmente en Macedonia. Hoy en día, sólo en Macedonia les reconocen el estatus de minoría nacional. Como muchas pequeñas naciones de Europa, su mayor preocupación es reivindicar su existencia.
         Muchas veces nos inquieren a los hablantes de un idioma pequeño y discriminado, sobre esa querencia a existir. ¿Para qué utilizar un pequeño idioma anclado en el pasado, en lugar de un idioma de verdad “práctico” para una sociedad moderna?
         ¿Por qué, entonces, contar cuentos en euskara? En lugar de mencionar esa necesidad de existir, indicaré un par de razones en otro sentido. La principal sería la necesidad de que un idioma marginado, proscrito y negado durante siglos, desarrolle sus plenas capacidades comunicativas en la sociedad que habitamos. Para desplegar esas posibilidades comunicativas orales, la narración de cuentos, además de ser un instrumento maravilloso, creo que puede ser bastante efectivo. Contar en euskara ayuda a que nuestro idioma avance hacia el futuro.
         Hay una segunda razón para contar en euskara. Porque me da la gana.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130416/397910/eu/Zergatik-euskaraz

terça-feira, abril 02, 2013

Adolescentes


         Al acabar la sesión un chico se me acerca y alargándome la mano para felicitarme me dice: “¿Tú eres cómico, no? Y yo: “No, soy narrador”, “Sí, pero un poco cómico ya eres”. Me quedé con la duda si utilizó el término cómico como sinónimo de actor, o simplemente, como una persona que hace reír. De cualquier manera me alegré porque un chico de catorce años saliera a gusto de una sesión de cuentos.
         Los adolescentes son personas que están en el camino de aprendizaje entre la niñez y la madurez. Dudas, tropiezos, preocupaciones, descubrimientos llenan sus vidas. Un aprendizaje difícil y sin instrucciones. Y cuando aparece ante ellos una persona con la intención de contarles cuentos, es lógico que desconfíen, ya que sospechan que les tratarán como a niños. Los cuentos son cosa de niños, de “pequeños”.
         Pero continuamente recordamos, reivindicamos que los cuentos también son para adultos. Estos jóvenes, en cambio, no son adultos, todavía. Se encuentran en una encrucijada, ni niños ni adultos, en la frontera vital, náufragos en la conciencia de no ser comprendidos. ¿A qué vienen entonces con “cuentitos”? Es un hermoso reto contar historias en esa frontera existencial, con el pretexto de las narraciones, ofrecer a jóvenes rebelados instrumentos para actuar en esos lindes de la vida. El cuento no es un pasatiempos para niños o adultos, por el contrario un instrumento maravilloso para ayudarnos a entender la existencia. Y contar cuentos con adolescentes es entrar de lleno en esa dialéctica. Entonces quizás seas un cómico, pero ¿no es acaso muchas veces la vida bastante cómica?

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA:http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130402/395535/eu/Nerabeak

terça-feira, março 19, 2013

Manifiesto


         La mayor reivindicación que tiene pendiente la Narración oral, es la de su contemporaneidad. Siendo la creación y transmisión de narraciones una actividad intelectual, y por tanto cultural, que las personas humanas llevan haciendo desde que son conscientes de su existencia; hoy en día su esencia tiene un sentido artístico. Del mismo modo que otras expresiones artísticas –literatura, teatro, danza, pintura…-, la narración oral tiene que reivindicar su espacio como arte contemporáneo que es.
         La tradición no es un cinturón que aprieta, sin un aprendizaje para el desarrollo. La narración oral contemporánea es el arte de la palabra dicha, pero esto no implica el distanciamiento de otros recursos expresivos, por el contrario, los integrará como parte de ese arte, ofreciendo un espectáculo escénico, alejándose de la idealización romántica del contar cuentos; presentándose ante la sociedad actual como una expresión artística contemporánea.
         El narrador, la narradora, es un creador actual. Su función no es, sin más, ser seguidor de una tradición cultural o el custodio de un tesoro inmaterial. El narrador contemporáneo entiende la narración oral como una actividad artística, en la cual, a través de la narración de cuentos ofrece al público su reflexión, ética y estética, sobre el mundo que habita. Ese ofrecimiento es un trabajo creativo, artístico; y tomará importancia en sí mismo, no como instrumento en función de otros fines. La narración oral contemporánea tiene que demandar su lugar en las artes escénicas, ya que sólo así mostrará su verdadera importancia, impulsando, al mismo tiempo, pasos en su evolución.
         Aprovechando la celebración el 20 de marzo del día internacional de la Narración Oral y tomando en cuenta el lema de este año, Fortuna y Destino, la narración contemporánea tiene una buena oportunidad para reflexionar sobre su existencia.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130319/393476/eu/Manifestua

terça-feira, março 05, 2013

Narración oral y arquitectura

El cuento que se cuenta va surgiendo en el aire, en el espacio. Allí donde no había nada, los sonidos los movimientos, los gestos, las miradas toman sitio, organizando la narración de su interacción. El narrador, la narradora será la creadora que los acondiciona de manera adecuada, colocando cada determinante en su lugar, haciéndoles cumplir su función. La narradora, el narrador se convertirá en el arquitecto del relato dicho, para quien se adentre en esa construcción pueda acomodarse en el espacio ofrecido por él, por ella.
  De todas maneras, la narración oral necesita también otras arquitecturas. Para disfrutar en toda su hermosura de ese edificio que ofrece la narración, es necesario que aparezca en el espacio adecuado, ya que todos los espacios no son iguales, así como no son todas las narraciones parejas. Tan importante como la construcción interna del relato hablado, será la arquitectura del espacio donde se levanta. Esta necesidad de un espacio físico adecuado, impulsará el trabajo en común con otros creadores.
         Entre otros cuentos también tuvimos ocasión de palabrear en torno a este con ocasión del Ciclo de Narración Oral Cuentacuarenta que se celebra en Ávila. Siendo el Colegio de Arquitectos de esta ciudad castellana uno de los colaboradores en el evento, el tema venía dado. En su hermosa sede, además de celebrarse sesiones de narración, se anuncia una mesa redonda sobre narración oral y arquitectura, teniendo ocasión creadores tan, en principio dispares, para intercambiar opiniones. Dos áreas de creación, dos mundos imaginativos buscando complementarse; ya que, en la educación y el desarrollo de las personas tanto las construcciones materiales como las inmateriales, se convierten en una muestra de calidad de vida. 

Original publicado en euskara en el diario GARA: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130305/391024/eu/Kontalaritza-eta-arkitektura



       

quinta-feira, fevereiro 07, 2013

Desapariciones


         Bernardo Atxaga mencionaba que sus libros Obabakoak y El Hijo del Acordeonista, reflejan un mundo que desaparece. Esta desaparición se lleva muchas cosas con ella, palabras por ejemplo, palabras para denominar el mundo. Al mismo tiempo que el mundo cambia, también cambian las maneras de mencionarlo, se renuevan. Al principio se harán extrañas las nuevas palabras, inaceptables desde la nostalgia de viejo pasado.
         A menudo reflexiono sobre la razón de ser de la narración oral contemporánea. ¿Por qué contamos cuentos aquí y allá? ¿Por qué recorremos carreteras retorcidas con un bagaje de cuentos? ¿Qué función social cumple la narración oral en la sociedad actual?¿No tendremos una nostalgia poética, épica a veces, de la narración oral de antaño? Me da la impresión de que en vez de tener una importancia por sí misma, la narración tiene que estar en relación a otras cosas, para que pueda tener una razón de existir. La narración oral parece que, como si fuese una habitante de un mundo de otro tiempo, está condenada a desaparecer como tal. ¿El aficionado a los cuentos dónde y cuándo puede saciar su sed? Se menciona la crisis, pero el problema va más allá. La narración oral, como otros sectores de la cultura, parece que es prescindible. ¿Para qué gastar dineros en narración? ¿En qué nos enriquecerá?
         La narración oral contemporánea tiene que hacer una reflexión sobre su actual función social. No es suficiente reivindicar presupuestos más altos para la cultura. Exigir condiciones dignas para contar, no es suficiente, si su función social está en entredicho. El hogar en vez de fuego es de vitrocerámica, ¿cómo, entonces, contar cuentos al calor de la lumbre, si ésta ha desaparecido?

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130205/386383/eu/Desagerpenak

quarta-feira, janeiro 23, 2013

Contar cantando


         “(…) es diferente que te cuenten una historia o que te la canten. Cuando te la cantan te llega al corazón y la comprendes”. Son palabras dichas por el músico Paco Ibañez en una entrevista publicada en el diario GARA. En la misma entrevista decía que “el verdadero destino de una canción es convertirse en canciones que te habitan, que se te meten dentro, y allí donde vas tú, van contigo”. Las canciones de Paco son aquellas que se llevan dentro. Muchas veces nos han descubierto un poeta, un deseo de conocimiento sobre el autor, o, otras muchas, nos han ofrecido un cambio de mirada sobre aquel escritor estudiado en la escuela.
         Kantatzen duen herria ez da inoiz hilko (Un pueblo que canta no morirá nunca) cantábamos y bailábamos con el grupo Negu Gorriak. Y le dábamos la razón al Voltaire: «(…)les peuples qui demeurent, ou plutôt qui sautent au pied des Pirénées, et qu’on apelle Vasques ou Vascons» (…los pueblos que habitan, o mejor que bailan al pie de los Pirineos, y que se llaman vascos o vascones). La canción que se nos cuela en la entrañas nos acompañará toda la vida en las amistades, la soledad, viajando, luchando, trabajando, en el amor, en el odio. La historia de la canción la hacemos parte de nuestra historia personal.
         Todos arrimamos, a veces, el ascua a nuestra sardina, como hace Ibañez en este caso. Claro que es diferente recibir una historia cantada o contada. Pero de ahí a decir que sólo con el canto llegará esa historia al corazón y se entenderá, me parece demasiado. Cuanto te cuentan un cuento tratará de hacer también el camino hacia el corazón, para así entenderlo, para que nos acompañe allí donde vayamos. Al escuchar, contar una historia, se hará un lugar en nuestro interior en forma de experiencia vital. ¿O en la cocina del caserio Apakintza de su familia el niño Paco sólo escuchó canciones? ¿No escuchó historias contadas que le habitaron el corazón? ¿No las ha tenido como compañeras de su viaje vital?

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA

sábado, janeiro 12, 2013

Labios danzantes


            "Os dedos só sirven para acatar as ordens que o coraçao dá". Jose Manuél Neto toca fados con la guitarra; y cuando habla de fados habla de la vida, convencido de que esa música es más que creación y gozo. Cuando sus dedos bailan la guitarra, representan un mundo interior, teniendo a quien escucha como acompañante en ese viaje. Se encenderá la eterna discusión entre técnica e instinto, es decir, si para transmitir todo eso la técnica es necesaria , aunque sin instinto la técnica no sirve de nada. Por otro lado, el instinto no será suficiente, o quizás necesario, sin el conocimiento técnico del instrumento. De todas maneras, estando a favor de una u otra idea,  serán las órdenes del corazón las que tendrán que dirigir tal actividad, como dice Neto.
            Quien cuenta tendrá los labios como hacedores de su actividad, como los dedos del fadista. Serán los labios quienes externalicen los caminos de la narración, como los dedos del fadista bailan las cuerdas. ¿De dónde surgirán, entonces, esas palabras? Aquí también tendremos la discusión entre técnica e instinto. Las reglas del idioma ante las reglas el instinto. El instinto por entre las rendijas del idioma. El narrador, la narradora, tendrá que navegar en esos dos ríos, si no quiere que la narración se hunda en aguas procelosas. Tendrá que colocarse allí donde las aguas se encuentran, bebiendo de las dos, uniendo en un rio narrativo esas afluentes.
            Pero cuando ofrezca su narración, el narrador tendrá que partir sintiendo de donde crea. Sintiendo dentro de si la razón de ello, para que su narración no sea sin más un conjunto de palabras correctas, bellas y adecuadas. Los labios del narrador, como los dedos del fadista en la guitarra, sólo están para cumplir las órdenes del corazón, para hablar, más que de cuentos, de vida.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130108/381521/eu/Ezpainen-dantza