terça-feira, março 20, 2012

La cuarta pared


         En el teatro se suele mencionar la cuarta pared como esa frontera invisible entre el escenario y el público, algo que dificulta la comunicación. En la narración, en cambio, esa idea de la cuarta pared es imposible, ya que el contar cuentos trae consigo una relación directa con el público. Quien narra no podría contar sin contar con quien tiene delante. En esa relación directa se construye la acción narrativa. El cuento cambia, evoluciona sin cesar, en todo momento. El narrador traerá nuevas aportaciones al cuento, a veces evidentes, otras veces imperceptibles, pero cada sesión será diferente.
         De todas maneras, la narración oral tiene también su cuarta pared, seguramente más difícil de franquear que la del teatro, por ahora al menos. Esa pared, ese muro es el de la invisibilidad. Si preguntamos a una persona aficionada a los cuentos que no viva en las poblaciones gipuzkoanas de Tolosa u Ordizia, sobre el Festival Internacional de Oralidad Ahoz Aho que recientemente ha celebrado en esas localidades, seguramente responderá, extrañada, que no tenía noticia de ello. Y no es de extrañar, ya que difícilmente habrá podido recibir noticias de ello a través de los medios de comunicación, ya que en las secciones de cultura de los mismos la narración oral no merece ni unas míseras líneas. La información sobre los festivales de narración oral en Euskal Herria se escriben con tinta simpática en las páginas de cultura. Las propuestas escénicas de la narración oral contemporánea, sus debates, las sesiones para adultos se esconden tras esa cuarta pared. Como en el teatro estamos necesitados de romper ese muro que nos condena a la inexistencia, para reivindicar un arte vivo. En este Día Internacional de la Oralidad, también.

Articulo publicado originalmente en euskara en el diario GARA

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