sexta-feira, setembro 21, 2018

Comunismo

En la literatura política (y, seguramente, en la literatura, en general), una de las frases más conocidas es esta: “Un fantasma recorre Europa, el fantasma del Comunismo”. Es la primera frase del Manifiesto Comunista que Marx y Engels publicaron en 1848. Se reivindica en dicho escrito una nueva sociedad; señalando que la lucha de clases ha sido el motor de la historia. La Revolución Soviética, bajo la dirección de Lenin, trató de llevar a la práctica dicho manifiesto. En esta teorización de un mundo sin clases sociales, tuvo especial protagonismo la cultura; ya que , a través de la cultura, se transmitía una determinada visión de la sociedad, estableciendo las diferencias sociales insertadas en la sociedad burguesa y capitalista. Por lo tanto, liberar de las garras burguesas la cultura y trasladarla a las clases populares se convirtió en uno de los objetivos de las nuevas fuerzas revolucionarias. Los dramaturgos alemanes Erwin Piscator y Bertold Brecht, desarrollaron sus teorías y prácticas teatrales bajo esa idea, en la búsqueda de una nueva sociedad. ¿Pero qué tiene que ver todo esto con la narración oral?
La narradora, el narrador, es una persona que observa la sociedad. A través de la narración reflejará sus reflexiones, preocupaciones y posicionamientos, ofreciendo su resultado artístico a la sociedad. En función de su posicionamiento ante la sociedad, y a través de esa dialéctica, irá realizando su propuesta creativa. Para qué contar será la cuestión principal, por encima del qué contar. La sociedad que vivimos se reflejará en la narración, y con ella nuestra mirada. Un fantasma recorre Europa, y nos trae una historia.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA

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