domingo, abril 13, 2014

Historias navegantes

"Con la idea de dar continuidad a su linaje, un pescador vasco que vivía en la costa norte de Saint Laurent, ofreció su hija a un jefe indígena, quería que ella le diese un niño de gran naturaleza para que continuase con el oficio de pescador". Así comienza el cuento  Los amantes perseguidos narrado por el pueblo amerindio de los Naskapi, recogido por el antropologo Jean-Claude Dupont en su libro Mythes et légendes des Amérindiens. Por encima de estos detalles y de una historia hermosa, es llamativo, al menos para mí, que el la protagonista sea hija de un pescador vasco en 
Quebec. Es sabido de la huella dejada en aquellos lugares por los pescadores vascos llegados desde hace siglos en busca del bacalao y la ballena; prueba de ello, entre otros detalles, la toponimia y otros restos arqueológicos. Pero en esta ocasión lo verdaderamente llamativo es la presencia en un relato indígena. Cómo puede llegar a convertirse un pescador vasco en personaje de un relato indígena? Por qué decidió la persona que narró el cuento convertir a un personaje de una lejana cultura en protagonista de su cuento? Qué idea tenían los naskapi sobre los pescadores vascos?
Es maravilloso el territorio de la imaginación. Las personas, al viajar de un lado a otro del planeta, llevan consigo sus imaginarios, y al llegar a su destino los comparten, muchas veces inconscientemente. Surgen sincretismos de los imaginarios y el mundo se enriquece con ello. Erigir vallas cortantes contra esas migraciones es un atentado contra la maravilla de la existencia humana, cortando el camino a bellas historias. 

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