terça-feira, abril 15, 2014

Lentejas

Los sentidos tienen sus recuerdos, y las personas sensatas no olvidan el recuerdo. Nuestra madre hizo un descubrimiento. Estando preparando unas lentejas se le ocurrió enriquecerlas con unas gotas de vinagre de módena. Al probar el tantas veces cocinado potaje tuvo una revelación memorística: "Era esto!" Aquellas lentejas la transportaron a la cocina de su infancia. "Muchas veces pensaba en lo que nuestra madre ponía a las lentejas para darles aquel sabor especial, que nunca supe reproducir, hasta que el otro día lo descubrí. Era vinagre de módena!" Y a partir de entonces, más que de lentejas, comenzó a relatar aquellos tiempos, la mano de nuestra abuela para la cocina, las historias que contaba,... Aquellas humildes lentejas cumplieron su papel de "bomba fantástica" que nos proponía el pedagogo y escritor Gianni Rodari.
De dónde sacará el narrador la fuerza para poner en marcha la imaginación? Como hará suya la historia que desea contar? En qué recuerdos se perderá al hilo del relato? Contar un cuento no es, sin más, juntar una palabra tras otra componiendo un relato; no es dar al públicomlomque desea oir; no es escoder en cierto "efectismo" el vacio del relato. Quien narra tiene que viajar a través de la memoria, encontarndomsunlugar en esos territorios imajinarios. Construir nuevos recuerdos, descubrir lugares ignorados. Y junto con él, con ella, tiene que invitar a quien escucha a transitar por esos senderos, recorriendomcada cual el suyo. El narrador que cuenta historias tiene que hacer explotar en cada oyente una bomba fantástica. Como cuando se prueban unas lentejas enriquecidas con vinágre de módena.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA

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