sexta-feira, novembro 14, 2025

TRABAJO

 


              A los creadores se les hace difícil explicar que lo suyo es un trabajo; es decir que dedican un montón de horas en un trabajo creativo. Decía Pio Baroja que escribir una novela le suponía dos años de trabajo y que el cobro realizado por ello no compensaba el esfuerzo. En la narración oral, por ejemplo, esta sería una forma de trabajo: recopilar las narraciones que darán cuerpo a un espectáculo, organizarlos de manera autónoma de manera que estén de acorde con la estructura general, pensar en la escenificación, investigar el lenguaje que utilizarás, cómo imaginar lo que imaginas,… Y, seguramente, distintas creadoras y creadores de ámbitos diferentes a la hora de explicar sus procesos creativos recorrerán parecidos caminos. Y, aun así, al finalizar el trabajo nadie te asegurará la receptibilidad del público o que tendrás un éxito memorable, ni uno pequeñito, ni siquiera un “bueno, no está mal”. Entonces, ¿para qué todo ese trabajo?

              Remedios Zafra escribe en “El informe”, su último libro: “Porque imaginamos a los trabajadores de la cultura en el disfrute permanente de una tarea que les motiva (…). Pero cuesta ver las horas diarias de ensayo, los periodos sin facturar, los tiempos sin haber cotizado…” Mientras se siga viendo el trabajo de las creadoras y creadores como una actividad de personas entusiastas, difícilmente se le dará la importancia que tiene en la sociedad. La precariedad da como para versionar la Odisea.

Publicado originalmente en euskara en el diario GARA 

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