sexta-feira, setembro 03, 2021

VACACIONES


 Resulta curiosa esa costumbre de disfrazarnos de veraneantes cuando viajamos a algún lugar, no necesariamente lejano, de vacaciones. A cada cual le vendrán a la memoria distintas vestimentas cuasi ridículas; de los demás, por supuesto. Pero, admitámoslo, todos tenemos ciertos atuendos propios de las vacaciones; para convencernos de que estamos de veraneo, fuera de las rutinas diarias, para reflejar que reflejamos otra realidad, en el espejo también. Del mismo modo cuando llegan las fiestas ocurre algo parecido. Tengo un amigo que conserva desde la adolescencia un gorro festivo, muy popular en su tiempo, con la inscripción “Gora Euskadi Askatuta”; que se lo pone solamente en las fiestas de nuestro pueblo, pero no en la de ningún otro.

Actitudes como estas no son baladís. El filósofo Huizinga en su “Homo Ludens”, nos da alguna explicación sobre este proceder, relacionado con el juego. “El juego no es la vida “corriente” o la vida “propiamente dicha”.  Más bien consiste en escaparse de ella a una esfera temporera de actividad que posee su tendencia propia”. De hecho, las vacaciones, o las fiestas, es una vida que se encuentra fuera de la habitual “vida”; y necesitamos de ese juego, para alejarnos de la cotidianeidad rutinaria, entrando en “otra esfera” de actividad. La vestimenta vacacional es parte de ese juego.

Al narrar cuentos sabemos muy bien de la necesidad de dicho juego. Al narrar nos colocamos fuera de la realidad, para jugar, para convertir lo imposible en verdadero. Entonces, en el juego de narrador y oyente, la imaginación se torna realidad,; mandando lo cotidiano de vacaciones. Así, cuando regresemos de las vacaciones, habremos recargado energía para cambiar la realidad.

Publicado originalmente ene euskara  en el diario GARA

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